Alain Mabanckou y la dignificación de la literatura francófona

“Tenemos que juntarnos para crear una literatura africana”, sentenció Alain Mabanckou en la conferencia de clausura de la última edición del festival literario Africa Writes. El escritor congoleño acudió a Londres para celebrar la literatura francófona y presentar la reciente traducción al inglés de su última novela Black Moses, preseleccionado para el Man Booker International Prize de este año. Este sapeur, dandi, dejó a la sala embelesada con su mascar de palabras, su sentido del humor y su indumentaria.

Alain Mabanckou durante su charla en la pasada edición de Africa Writes / Foto: Iván González

Mabanckou habló en la Librería Británica para reivindicar una conexión entre la literatura anglófona y francófona en África. El escritor de Pointe-Noire, ciudad costera de la República del Congo, tiende la mano a los autores anglófonos del continente para reclamar el espacio literario africano conjunto. “Tenemos que estar orgullosos de nuestra negritud. Es nuestra manera de luchar y expresar nuestra cultura, nuestros mitos”, explicó el novelista.

El escritor sostiene que el inglés y el francés se han consolidado como la única vía para que los escritores africanos puedan expresarse ante la audiencia mundial. Una resaca colonial que reduce el valor de las lenguas nativas y que cuenta con el beneplácito de los gobiernos locales. “Se escribe en la lengua que se lee. El primer libró que leí fue en francés y utilizo el idioma para escribir pero eso no me impide sentirme menos africano. Es sólo una manera de expresarme”, dice el escritor. Mabanckou reconoce que le encantaría escribir en ngala, lengua que carece de literatura como tantos otros en África, aunque con ironía argumenta: “Incluso si escribo en inglés o francés me van a decir que no es ni lo uno ni lo otro, así que es africano de todas maneras”.

El novelista, que habla siete lenguas africanas, propone batallar las reminiscencias coloniales a través de una narrativa de lo cotidiano que transporte al lector a los callejones de África. Mabanckou escribe novelas donde los protagonistas, los escenarios y el uso del lenguaje palpitan Congo-Brazzaville. Los registros lingüísticos; las localizaciones, como el barrio Aquel-Que-Bebe-Agua-Es-Idiota; y los nombres de los personajes, son instrumentos para superar las imposiciones lingüísticas y mirar al futuro. Ya en 2006, con la novela que lo catapultó a la escena literaria mundial, Vaso Roto, buscó la idiosincrasia del lenguaje gracias a un texto con sólo comas como signo de puntuación. Era la manera de captar el pensar y el hablar de una lengua nativa escondida tras el francés.

El humor que salpica toda la bibliografía del escritor congoleño es otra herramienta para salvar el obstáculo lingüístico. Satírico, cruel y divertido. “El humor forma parte de mi cultura. Incluso cuando tenemos problemas encontramos la manera de reírnos de nuestras circunstancias. La vida es algo de lo que reírse y al escribir no me paro a pensar qué va a hacer reír a la gente, sino que sale de forma natural”, explica el autor de African Psycho

“Si vas a escribir una novela, haz feliz a la gente o hazlos llorar. El lector tiene que sentir que la novela es algo real y esto no se aprende en una clase de escritura creativa”, apunta Mabanckou quien apuesta por una ficción repleta de retazos de realidad. Para el también profesor de Literatura en la Universidad de California, Los Ángeles (UCLA) lo cotidiano es necesario. Los autores africanos no sólo tienen que escribir de los acontecimientos históricos que han marcado su destino. “Si queremos liberar el continente, tenemos que entender primero qué está pasando en nuestra propia casa. Porque cuando estoy hablando de mi madre, estoy hablando de la tuya, de la de ellos…” Y Mabanckou quiere hacer de su madre la más famosa de toda la literatura francófona. “No hubiera sido el escritor que soy sin ella”.

El autor de Las luces de Pointe-Noire, envidia la repercusión de los escritores anglófonos del continente en el mercado. “La literatura francófona sigue estando infravalorada y se sigue pensando que está escrita por gente con acento y que vienen de las antiguas colonias”. Sin embargo, las traducciones al inglés de muchos francófonos como Mabanckou han hecho que en Francia despierte del letargo.

Mabanckou leyendo uno de los pasajes de su novela, Petit Piment, recién traducida al inglés / Foto: Iván González

Mabanckou es un ejemplo de cómo la literatura francófona proveniente del continente ha sabido llegar a la metrópolis. El congoleño tuvo la oportunidad de realizar la lección inaugural en el prestigioso College de France. “Hasta el año pasado no se ha enseñado literatura africana en el College de France, ‘el templo del espíritu francés’ creado en el siglo XVI. Me llamaron para dar clases de Escritura Creativa y lo rechacé. Les propuse dar clases de Literatura Africana”, cuenta Mabanckou. El escepticismo inicial se desbarató cuando los inscritos superaron las expectativas para conseguir la dignificación de las literaturas africanas en París.

Con ese espíritu,  el escritor congoleño suma objetivos para reivindicar el espacio literario y exportar la creatividad africana. Prueba de ello es su participación en la pasada edición de Les Ateliers de la Pensée, un festival celebrado en Dakar que reunió a diversos académicos e intelectuales del continente y la diáspora para debatir el futuro de África. Y sigue con la lucha activa frente a los dictadores del continente. “No puedo volver al Congo, el presidente me tiene vetado porque al parecer soy un peligro”, dice Mabanckou.

*Este artículo es parte de la cobertura que Wiriko ha realizado en español como medio oficial del festival literario Africa Writes.

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Javier Domínguez

Licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla y periodista freelance asentado en Sevilla. Ha vivido en Chile, Malawi y el Reino Unido y colabora con varios medios como El País, eldiario.es y El Salto. Escribe sobre temas de actualidad, cultura, desarrollo sostenible, derechos humanos, viajes y gastronomía.