Oliver Mtukudzi: “África tiene el futuro en la palma de sus manos»

Oliver Mtukudzi, más conocido como “Tuku”, es uno de los músicos más importantes no solo del panorama zimbabuense, sino de todo el continente africano. La fuerza de sus letras, el valor de sus ritmos tradicionales mezclados con sonidos más actuales, como el pop township sudafricano, le han convertido en la principal figura de la música en el Sur de África. Su carrera comenzó en 1975, desde entonces no ha parado y, lo mejor: tiene cuerda para rato.

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Oliver Mtukudzi. Fotografía de Liam Lynch/Rock Paper Scissors.

Se sienta con Wiriko según acaba el concierto. Cansado, pide unos minutos antes de empezar la entrevista. Bebe agua, mira al fondo de la sala donde se ha celebrado la gala del Livingstone Cultural and Arts Festival (LICAF) y hace una señal. Antes de empezar reflexionamos: ¿Cuántas de nuestras preguntas le habrán repetido durante los últimos años? Le preguntamos. Sonríe.

Tu carrera musical despegó allá por 1975. Después de más de 60 discos, ¿cuál crees que es la clave de tu éxito?

Ser yo mismo. No hubiera llegado a tanta gente si no fuera por que mi música es algo auténtico. Mis letras hablan de la gente, sin todas las personas que me escuchan no habría llegado a ningún sitio.

El uso de la lengua shona en tu música es muy recurrente. ¿Qué importancia tiene para ti el uso de lenguas nacionales para la música africana? ¿Y los ritmos y sonidos tradicionales?

La respuesta es muy sencilla ¿Qué importancia tiene para ti el español? El uso de shona es básico para mantener mi autenticidad. Es mi lengua materna ¿Cómo voy a expresar todo lo que veo, oigo y siento? No encuentro una forma mejor de expresarme. Es lo que soy, es lo que me representa. Lo mismo ocurre con los ritmos de mi país, lo llevo en la sangre. No puedo rechazar mi tradición.

Tuku

Tuku, durante la entrevista con Wiriko en Livingstone, Zambia. Imagen de Pablo Arconada.

La música de África cada vez tiene más reconocimiento fuera del continente. ¿Cuál piensas que es la realidad de la música en general en Zimbabue y en el Sur de África?

Es cierto que nuestra música está saliendo del continente para llegar a más personas. Aunque ha tardado más de lo que me hubiera gustado. No puedo generalizar con el estado de la música en una región tan amplia como África Austral, pero de verdad creo que estamos asistiendo a toda una serie de booms musicales. Sudáfrica, Kenia y Nigeria ya tuvieron el suyo, ahora le toca al resto de países de África. En Zimbabue nos espera una década de descubrimientos musicales, de conocernos más a nosotros mismos. Deberíamos ser lo que somos.

En tu música hay muchas referencias a la situación social y económica de Zimbabue y de sus ciudadanos ¿Qué valor consideras que tiene la música como instrumento de cambio social?

En mis canciones no solo hablo sobre la situación económica y social, también hablo del día a día de los zimbabuenses, de su humor, de la felicidad. Sin duda alguna el principal papel de la música es dar esperanza a la gente. Esa es la finalidad de mis canciones, la ilusión. Cuando no tienes esperanza no hay posibilidad de cambio. ¿Qué vas a esperar del mundo sin esperanza? La música es un instrumento muy útil, siempre que se utilice bien. Todas las manifestaciones, movimientos y cambios sociales del mundo han tenido su banda sonora. El papel de la música es esencial.

Como bien sabrás, el próximo mes de abril no habrá edición del Festival de Artes de Harare (HIFA). ¿Cuál piensas que es la situación de los festivales en África? ¿Crees que hay algún futuro?

La música no morirá nunca. Da igual que cancelen festivales, que prohíban canciones, que quemen partituras. Ya lo han intentado y nunca funcionó. La música es algo tan nuestro que nunca desaparecerá, lo tenemos escrito en la piel. ¡Claro que hay futuro!

Hace unos meses estuviste en Nairobi en una marcha para promover el cambio de políticas internacionales acerca del cambio climático. En tu opinión, ¿qué se puede hacer para paliarlo a nivel local?

Es complicado porque nos han robado los medios para frenar el cambio climático. Debemos encontrar nuestras herramientas para parar algo que está matando al planeta y que afecta particularmente a nuestro continente. Pero no nos faltan las ideas.

¿Y a nivel internacional?

Eso es bastante más difícil. Durante décadas hemos exigido a nuestros gobernantes que pusieran un remedio, pero no nos han escuchado. La clave es que cada gobernante escuche a sus ciudadanos, que son los que de verdad sufren cada día los efectos de este calentamiento global.

Muchos estados africanos siguen manteniendo los mandatos eternos, gobernantes que se establecen en el poder durante décadas. ¿Qué opinas de esta situación?

Creo que el poder seduce. Los ciudadanos deberían moverse, hacer que algo cambie. Ya lo hemos visto en países como Burkina Faso.

¿Y sobre el presidente más longevo del mundo, Robert Mugabe?

Nunca he estado en el poder, no sé lo que se siente, ni lo que te ata a él.

¿Cuál es tu opinión sobre las olas afropesimistas/afropositivistas que claman por un lado el «Africa rising» o el África como nuevo emergente económico, y la narrativa que sigue subrayando exclusivamente a un continente sumido en la corrupción política y la miseria de la mayoría?

El problema de estos dos puntos de vista es lo de siempre: la generalización. No podemos generalizar. No entiendo a aquellos que dicen que África es una nueva potencia económica, cuando la mayoría de los africanos viven en una situación de pobreza intolerable. Tampoco entiendo a los que sólo ven corrupción y miseria. Los países africanos hemos dado un salto cualitativo de gran envergadura. Ya no estamos en 1980. Tenemos el futuro en la palma de nuestras manos.

 

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Pablo Arconada Ledesma

Licenciado en Historia (UVa) y Máster en Relaciones Internacionales y Estudios Africanos (UAM) Actualmente está realizando su doctorado en la Universidad de Valladolid, en el que analiza el papel de la Unión Europea en Somalia. Además, completa su formación estudiando un Grado en Antropología Social y Cultural (UNED) Trata de comprender (y explicar) el lugar que África ocupa en el mundo.
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