Sobre la excepcionalidad de las bailarinas africanas

Lauren Anderson, la primera bailarina afroamericana de ballet clásico

La historia de Lauren Anderson inspiró a muchas bailarinas negras a seguir adelante con su pasión: la danza. En 1990 Anderson se convirtió en la primera afroamericana en dedicarse profesionalmente al ballet, alzándose como la máxima inspiración de muchas jóvenes bailarinas afroamericanas y de otras partes del mundo. Pero la historia de estas mujeres, como podéis sospechar, no solo es asombrosa por su espíritu de superación o su portentoso rendimiento físico, sino también por su empeño en luchar contra los prejuicios raciales, los estereotipos culturales y las obstinaciones sexistas.

Michaela DePrince (por Denis Farrell / AP)

Quizás si no habláramos de África, la parte sensacionalista de esta historia no estaría en el eje de la noticia, pero parece que al hablar del ‘continente negro’ siempre hay que añadir un plus que haga referencia al coraje o a la lucha para salir de la «supuesta miseria», y dejar que el centro del reportaje se desvíe. Aunque con Michaela DePrince no queremos caer en la tentación más que común de ser indiscretos, no podemos pasar por alto un pasado con cicatrices de guerra. La sierraleonesa adoptada en EUA se ha convertido en este último año en un ejemplo de como transformar la aflicción en arma para la auto-superación, y es indudable que, en este caso, hay una relación causa-efecto bastante obvia.

En sus años de orfanato en Sirra Leone, DePrince vio una foto de una bailarina en una revista, y desde ese preciso momento decidió que quería dedicarse al ballet. Guardó la foto de esa chica y la miraba cada vez que necesitaba un poco de esperanza. Pero esa vocación e ilusión se convirtieron en una posibilidad cuando fue adoptada en Estados Unidos, donde empezó a tomar clases de ballet. Los estigmas sociales a los que la sumieron la adopción, los orígenes africanos en el seno de una sociedad clasista, un problema de des-pigmentación de la piel o los traumas de haber sufrido una guerra, no hicieron más que alimentar su empeño. Y su carrera ha despuntado tanto, que el pasado julio, las dos compañías de ballet más grandes de Sudáfrica (Mzansi Productions y South African Ballet Theatre) la tuvieron como artista invitada, retornando al continente una de sus joyas artísticas contemporáneas.

Se trata de un caso de gran excepcionalidad, sí. Pero debemos tener claro en que sentido utilizamos la palabra. Por un lado, hablamos de las cualidades admirables de personas como ella para la danza. Y por el otro, estamos reivindicando que no todos los éxitos artísticos en el caso africano están marcados por un pasado bélico o violento, sino que más bien se trata de ejemplos insólitos y puntuales que contrastan con la mayoría.

http://artscomments.wordpress.com/2012/10/01/fatou-cisse-is-an-angry-young-woman/

Fatou Cissé en la actuación del 1 de Octubre del 2012 en la Biennal de Danza de Johannesburg ‘Danse l’Afrique Danse’ (foto de John Hogg)

Para ilustrarlo, queremos contrarrestar esta imagen con la de otra mujer increíble dentro del universo del baile, la célebre Fatou Cisse, una coreógrafa senegalesa y una de las mayores figuras emergentes en el mundo de la danza.

Fue una de las bailarinas más prolíficas del Ballet Bougarabou, y una de las artistas más internacionales del África francófona, gracias a becas en Italia o Bruselas que le permitieron especializarse en afro-jazz, ballet clásico y danzas tradicionales africanas. Este año ha representado Senegal en la Biennal de Danza de Johannesburg, celebrada la semana pasada en Sudáfrica, y ha sido una de las mayores revelaciones del encuentro. Con su obra Regarde-Moi Encore (Mírame otra vez), una reivindicación del abuso de la mujer en África a través de la ira del cuerpo y del silencio de la sociedad, ha trasladado a la audiencia la necesidad de reflexionar sobre los problemas de género que vive hoy en día el continente.

Se trata de dos mujeres de muy distinta trayectoria. De diferentes estilos dentro de una misma disciplina. Pero al fin y al cabo africanas jóvenes y artistas, luchadoras y responsables de llevar la danza africana más allá de sus fronteras. La audiencia del mundo entero debería estar atenta a los próximos pasos de creadoras como ellas, pues tienen ante sus pies un futuro muy prometedor al que dejar huella.

Por su excepcionalidad, ellas son las protagonistas de la sección de esta semana!

 

 

 

 

 

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Investiga y escribe sobre ciudades africanas, derechos humanos y música. Le mueve la creatividad con la que construye futuro la juventud africana en contextos urbanos, especialmente en África del Este. Sus campos de trabajo son el periodismo escrito y radiofónico, la investigación o la gestión cultural. Cofundadora de Wiriko y coordinadora de Seres Urbanos (EL PAÍS), actúa como consultora independiente para entidades del tercer sector y actualmente, es Técnica de Cooperación Internacional en el Ayuntamiento de Girona. Licenciada en Filosofía (UB), posgraduada en Estudios Africanos y Desarrollo (UPF) y máster en Culturas y Desarrollo en África Subsahariana (URV).
3 comentarios
  1. Wman Dice:

    un desastre, nombra a dos o tres bailarinas cuando hay miles de bailarinas Blancas que son infinitamente mejores, después dicen que los negros cantan y bailan mejor, LO DUDO, hasta ahora no he visto a ningún negro cantar como Luciano Pavarotti o bailar un ballet que salga de lo normal, sin contar que su figura desde un inicio, no es la adecuada.

    • wiriko Dice:

      Te recomendamos que veas algún vídeo sobre Marian Anderson, cantante de ópera afro-americana de principios del siglo XX, o que dediques una hora al documental ‘Kinshasa Symphony’, sobre la música clasica en el Congo, o por ejemplo te leas algo sobre el ‘African Art Music’ por internet, que no es más que la música clásica europea hecha por africanos. Suponemos que tu comentario es fruto del desconocimiento. Pero queremos que sepas que hay decenas, por no decir centenares, de músicos de música clasica en África. De bailarines y bailarinas absolutamente sorprendentes trabajando en escenarios y teatros de todo el mundo. Directores y escritores eruditos cotizando millones para empresas e instituciones de mucho prestigio. Para no hablar de atletas o deportistas africanos; creadores y compositores de todas partes del continente…

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  1. […] cultura popular e historia. Si esta semana nuestra compañera Gemma Solés nos acerca a la danza africana de la mano de la sierraleonesa Michaela DePrince y de la senegalesa Fatou Cisse, en nuestro […]

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