Arte de protesta: The South African Poster Movement

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The People Shall Govern, de J. Seidman 1982 (Medu, Garobone) (Basado en una fotografía de Eli Weinberg en Kliptown).

* Este artículo fue originalmente publicado en el Boletín Trimestral del Centro de Estudios Africanos e Interculturales de Barcelona, el 30 de Septiembre de 2013.

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El apartheid (separación en afrikáans) sudafricano fue la instauración y formalización de un proceso que ya se había iniciado con la llegada de los europeos, la segregación racial. El establecimiento de zonas étnicamente segregadas con peores condiciones para los negros, el desalojo de la población negra de sus tierras y casas y un sinfín de leyes racistas que mantenían intacto el poder de esta minoría blanca en detrimento de la mayoría negra, obtuvieron una contundente respuesta a partir de los años setenta. Con el creciente endurecimiento del régimen, se intensificaron las protestas sociales y la resistencia. En ese momento, el arte se erigió como un medio de expresión y organización esencial.

Gran parte del arte producido durante este periodo, crítico con las políticas raciales, culturales y políticas del Estado, ha sido conocido como arte de protesta o arte de resistencia, a pesar de que sigue habiendo debates en torno al término. Es necesario situar este movimiento artístico dentro de un contexto más amplio de la historia y de la historia del arte de Sudáfrica, ya que ha sido un elemento esencial de la lucha antiapartheid y por lo tanto, tiene una gran relevancia la configuración artística y social actual. Música, teatro, artes visuales, etc. servían para expresar, concienciar y mostrar el rechazo a un régimen político racista e injusto.

Este proceso partió de la recuperación del papel del arte africano tradicional, donde tiene una función en la comunidad y no es meramente estético. Hasta 1975, las artes visuales, en general no habían reflejado los problemas sociopolíticos del país, ya que estaban totalmente alejadas de la realidad: paisajes, abstracción, viñetas de la vida cotidiana de los townships, etc. Incluso en un mercado de arte copado por los blancos, los artistas negros que dependían de las ventas de su arte, preferían no retar al Estado y seguían mostrando escenas en los townships, paisajes rurales, así como de temas religiosos o mitológicos (Williamson, 2004).  Pero el arte ha sido tradicionalmente un infalible transmisor de mensajes con el que llegar más fácilmente a diferentes grupos sociales, por lo que no fue necesariamente una actividad elitista. El movimiento de resistencia cultural popular jugó un rol importante en la comunidad y en la lucha por la libertad (Ibid, 2004).

Tanto la invisibilidad de los artistas negros en el panorama artístico del país, como la utilización del arte para expresar el malestar social y no sólo hacer el arte por el arte, son cuestiones que se trataron en dos eventos importantes y determinantes en el contexto cultural sudafricano. El primero fue un congreso en 1979 llamado El estado del arte en Sudáfrica (The State of Art in South Africa) en la Universidad de Ciudad del Cabo en 1979, donde se discutió la inexistencia de artistas negros en la vida artística sudafricana —incluso en la misma conferencia—. De ahí surgió un manifiesto para prohibir que el trabajo de los artistas fuese enviado fuera del país representando Sudáfrica, hasta que las instituciones culturales permitieran la participación de artistas negros.

"Para mí como artesano, el acto de crear arte debería cumplir el acto de crear refugio para mi familia o liberar el país para mi gente. Eso es cultura." Thami Mnyele

«Para mí como artesano, el acto de crear arte debería cumplir el acto de crear refugio para mi familia o liberar el país para mi gente. Eso es cultura.» Thami Mnyele

El segundo evento, fue el festival Arte para el desarrollo social y cambio en Sudáfrica (Art towards social development and change in South Africa) que tuvo lugar en 1982 en Garobone (Botswana) y cuyo objeto de discusión principal fue el binomio arte-resistencia, motivando a los artistas a ser parte de sus comunidades. Este Festival lo organizó Medu Ensemble, que fue una asociación de trabajadores culturales sudafricanos en el exilio, establecida en Bostwana y que tuvo un peso relevante en la producción artística visual antiapartheid. Thami Mnyele, artista gráfico y activista, fue el encargado de presidir el festival y su discurso inaugural:

“El tema de esta exhibición es ‘Arte para el desarrollo social’, pero me tengo que apresurar a preguntar, ¿qué arte? ¿qué desarrollo social? El acto de crear arte no es diferente del acto de construir un puente — es el trabajo de muchas manos—. Por lo tanto el arte es social, como lo son otras formas de arte como la escritura, el teatro, la música y más. Eso significa que el arte es parte y parcela de las reglas y leyes que gobiernan las sociedades. Entonces, el hecho de que en Sudáfrica la mayoría de la gente está comprometida en una lucha por la liberación, significa que el arte y los trabajadores culturales no pueden estar divorciados de este proceso”. (Extraído de ‘Red on Black. The story of South African Poster Movement’. Traducción propia).

 

El surgimiento y evolución del South African Poster Movement

En este momento álgido de encuentros entre trabajadores culturales, surgen varias iniciativas de arte comunitario por todo el país, forjando colectivos y movimientos sociales en torno al arte y la idea de la necesidad de usarlo como arma a través de carteles, pancartas y gráficos (Seidman, 2007). Fue dentro del terreno de las artes visuales y retomando la concepción del arte comunitario, donde tuvo lugar el South African Poster Movement, que se caracterizó por un diálogo constante entre las emociones, creencias y creatividad del artista individual por una parte y la declaración colectiva y comunitaria por la otra (Seidman, 2007). En este proceso, el arte comunitario permitía interaccionar, poner en común, sugerir cambios y pensar en el impacto de aquellos gráficos que se generaban en colectivo. Más que amenazar esta individualidad del artista, la idea era explorar esta creatividad y emoción y sacarle partido. Murales, pancartas, camisetas y posters ——expresiones visuales de resistencia—, se convirtieron en una parte importante del trabajo de las organizaciones y sindicatos (así como el teatro, música o poesía, entre otros). La gráfica de los carteles y la ilustración permitía a diferentes clases sociales con diferente acceso a la educación, acceder más fácilmente a la información y recibir ese mensaje.

¡Cuidado! ¡Tengan cuidado con los nativos!

¡Cuidado! ¡Tengan cuidado con los nativos!

Pero la popularización de esta herramienta entre la población negra no fue fácil. La dificultad de acceso a la educación y formación y la falta de acceso a las tecnologías complicaban el desarrollo y utilización de la gráfica. A pesar de ello, durante el siglo XX, empezaron a surgir tímidas manifestaciones influenciadas por las imágenes revolucionarias internacionales que se daban al calor de los acontecimientos políticos como la II Guerra Mundial y la Guerra Fría, sobre todo de Europa y Rusia. Estas manifestaciones  se irían haciendo más agudas con el paso de los años, hasta llegar al clímax en los años setenta y ochenta, cuando el Poster Movement tuvo su auge.

ANCEste movimiento de cultura gráfica, fue acompasando y plasmando los acontecimientos que tenían lugar en un escenario social y político muy agitado. El auge del Black Consciousness Movement recordó el poder de la cultura en la lucha de la gente; los sindicatos, movimientos sociales, partidos políticos y organizaciones (como el COSATU, African National Congress , Comunist Party y The United Democratic Front) utilizaban los carteles para difundir ideas, protestar, anunciar eventos, exigir la liberación de los presos políticos y recordar a aquellos y aquellas que habían sido asesinados durante la lucha. La gráfica de los carteles era también  una herramienta básica de la lucha obrera y estudiantil, así como el crecimiento de la prensa comunitaria que daba información sobre la resistencia, ni siquiera mencionada en la prensa comercial. Las matanzas de Sharpeville (1960) y de Soweto (1976), así como el establecimiento del Estado de Emergencia de los años ochenta, quedaron impresos en los numerosos posters.

Las técnicas artísticas y símbolos que se habían ido desarrollando durante esos años, le conferían un estilo estético específico. Banderas, puños cerrados, colores y escudos acompañaban a los eslóganes de la lucha. Junto a ellos, diversas técnicas artísticas se plasmaban en el cartel: la madera tallada, los bloques de madera, el lino grabado, la escritura a mano o el dibujo, formaban parte de la composición gráfica del póster. La utilización de la fotografía fue también un pilar básico de estas composiciones, ya que suponía una imagen de la realidad que se acababa convirtiendo muchas veces en icono o símbolo.

La importancia del South African Poster Movement radica principalmente en que narra la historia reciente del país, siendo hoy en día un antídoto contra el olvido. De acuerdo con Seidman (2007) el hecho de que esta producción de carteles represente un movimiento artístico, no significa que cada cartel producido en este periodo constituya una obra de arte ya que muchos de ellos tenían simplemente un fin divulgativo e informativo, totalmente funcional en respuesta a una necesidad concreta.  Pero sí hay que destacar el hecho de que una gran parte de los artistas de la época tanto negros como blancos, entendieron que no podían —y que no querían— separar su producción artística de la realidad que estaban viviendo y que su arte podía ser una potente arma en la lucha y resistencia contra el apartheid.


¿Quieres saber más?

Escucha el audio de la conferencia «La Sudáfrica del apartheid y el papel del arte en la lucha» realizada el 6 de febrero en la inauguración de la exposición «Arte en resistencia: The South African Poster Movement» en Traficantes de Sueños:

 

 

Bibliografía

Peffer, J. (2009). Art and the end of apartheid. Minneapolis: University of Minnesota Press.

Seidman, J. A. (2007). Red on Black. The story of the South African Poster Movement. Johannesburg: STE Publishers.

Williamson, S. (2004). Resistance Art in South Africa. Cape Town: Double Storey Books.

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Trabaja desde la comunicación y gestión cultural, como herramientas que sirven para la transformación social. Su interés está puesto en temas de artivismo, feminismos y música electrónica. También disfruta cocinando y le apasionan las grandes urbes y todo lo que se cuece en sus calles. La música viene de la mano de las fiestas que organiza como promotora y DJ Moto Kiatu y Sonidero Mandril, colectivos que difunden en Madrid los sonidos tropicales y las músicas electrónicas que suenan en África y en su diáspora. Vanessa es cofundadora de Wiriko y es licenciada en Sociología (UB), postgraduada en Desarrollo Internacional (Setem/UPC) y Máster Euroafricano de Ciencias Sociales del Desarrollo: Culturas y Desarrollo en África (URV). Contacto: vanessa@wiriko.org
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