¡A la calle! ¡Es Carnaval! (IV): El ‘Minstrel Carnival’ de Ciudad del Cabo (Sudáfrica)

Minstrel Carnival-24

Minstrel Carnival. Foto: Vanessa Anaya

Dando una merecida bienvenida al nuevo año, el día 2 de enero desde muy pronto por la mañana las aceras de Ciudad del Cabo se llenan de sillas, sombrillas, tiendas de campaña, picnic, etc. Los habitantes de Ciudad del Cabo cogen sitio para esperar ansiosos la llegada de la gran parade que durará todo el día y que pondrá a toda la ciudad en vilo. Niños, abuelas, tías, amigos…toda la familia está expectante al baño de colores que está por llegar.

Minstrel Carnival of Cape Town. Foto: Vanessa Anaya

Minstrel Carnival of Cape Town. Foto: Vanessa Anaya

Este día ha sido muy especial para esta comunidad coulored, gran parte descendiente de los esclavos que trajeron de Asia cuando que la Compañía Holandesa de las Indias Orientales estableció su base en Ciudad del Cabo en 1652. Lo que inicialmente fue una base de reabastecimiento para los holandeses por su situación estratégica, terminó siendo una colonia en toda regla que cambió drásticamente la configuración social del territorio.

El Tweede Nuwe Jaar (que significa “Segundo Año Nuevo” en afrikaans) es tan marcado porque era el día en que a los esclavos se les permitía descansar y disfrutar con la familia la entrada del nuevo año. Por ello ha ido adquiriendo un carácter festivo que ha dado lugar al actual Carnaval de Año Nuevo. Con la llegada de los Minstrels americanos a mediados del siglo XIX, que fueron incorporados a celebraciones locales, surge lo que se conoce hoy en día como Coon Carnival o Minstrel Carnival. Una auténtica mezcla de culturas diversas —como es habitual en Sudáfrica—que tiene como resultado una de las manifestaciones culturales más importantes del año en la ciudad.

Hoy en día el Tweede Nuwe Jaar es la culminación de unos largos meses de mucho trabajo de preparación de lo que formará la gran puesta en escena. Por una parte están los Malay Choirs (Nagtroepeor: comparsas de noche) que salen por la ciudad la noche de Año Nuevo cantando klopse y nagtroepe [1]. Por otra, las comparsas del Minstrel Carnival del 2 de enero que son las más llamativas, y por último las competiciones entre comparsas, coros y bandas que llenan el estadio de Green Point a lo largo de los meses de enero, febrero y marzo.

Público pasando el día en el Minstrel Carnival. Foto: Vanessa Anaya

Público pasando el día en el Minstrel Carnival. Foto: Vanessa Anaya

Después de la noche de Año Nuevo en el que los Malay Choirs salen y cierran la noche con sus chirigotas, les toca el turno a los Coons que se encargan de dar la color con sus trajes hechos a medida para la ocasión en el plato fuerte, el Minstrel Carnival. Es un día en el que gran parte de la comunidad se involucra, participa y se olvida de los problemas de la vida real, como el desempleo y la pobreza. Es tanta la motivación por participar en la comparsa, que incluso los gangs participan y respetan la disciplina del grupo de forma muy seria. Gente de todas las edades, jóvenes y mujeres participan tanto en el desfile, como durante los meses previos al desfile. Hay dos palabras que, según Denis Martin (1999), expresan el sentimiento de los participantes y definen lo que es el carnaval: Deumerkaar que alude al sentimiento de liberación —y transgresión— de los participantes y Tariek que procede del árabe “hermandad”.

Los participantes, mayoritariamente musulmanes y cuya lengua es una dialecto del afrikaans de El Cabo, se pasean por sus respectivos townships primero y luego por el District Six, homenajeando lo que un día fue su hogar y el de sus antepasados, justo antes de que el “Group Areas Act” del apartheid los desalojara, como ya vimos en un artículo anterior. Más tarde pasan por Bo-Kaap, un colorido barrio con una gran comunidad musulmana y acaban por la noche en el gran estadio de Green Point —construido para los Mundiales de 2010— después de un largo día de desfiles. Lo cierto es que el Carnaval ha hecho frente a muchos problemas durante la época del apartheid, cuando el régimen racista tenía como máxima segregar, desalojar y discriminar, lo que dificultaba la organización de las comparsas. Afortunadamente la capacidad de organización, la lucha y el fuerte calado cultural ha hecho frente a los problemas en el camino.

La estética Minstrel del Carnaval 

Minstrel Carnival. Foto: Vanessa Anaya

Minstrel Carnival. Foto: Vanessa Anaya

Para la comparsa, organizada jerárquicamente y encabezada por un capitán, su traje es importantísimo y tiene que ser diferente cada año. Tanto que se empieza a trabajar en él casi un año antes, lo que asegura un mejor precio en el material. Los colores dependerán de los medios económicos que tenga la comparsa, que normalmente son directamente proporcionales al tamaño de ésta. Pero en caso de que no se disponga de medios, los colores los determinará el precio del mercado de telas. Hoy en día, coser para los coons se ha convertido en un gran negocio: los mejores cosen los de dos o tres comparsas y con eso ya tienen una gran parte del salario anual asegurado. Un buen equipo de sastres, puede llegar a coser cientos de uniformes por día posiblemente porque se involucran mucho en su trabajo, y sienten un gran orgullo por coser los trajes de la comparsa con la que trabajan.

La estética que este carnaval ha adoptado, deriva de los Minstrel Shows de Estados Unidos, de los que también habíamos hecho mención en nuestro artículo sobre el claqué. Recordemos que eran una de las formas de distracción —racista– de la sociedad blanca norteamericana, y consistía en la actuación de blancos que se pintaban la cara negra “Blackfaces” y caricaturizaban a los negros mediante estereotipos de la época y en tono de burla que emergió coincidiendo con el movimiento abolicionista a mediados del siglo XIX. A partir de entonces una vez abolida, los negros empezaron a participar en estos shows, que llegaban a la vez a Sudáfrica. Teniendo en cuenta que los negros americanos eran percibidos como héroes, esta adquisición no se tomó en el sentido negativo sino como un ejemplo a seguir por la población ex-esclava de Ciudad del Cabo, lo que propició que se copiase el estilo, la ropa y la cara pintada de colores y de blanco. Así mientras en Estados Unidos era un símbolo de opresión contra la población negra y fue perdiendo fuelle, la apropiación y readaptación local de su estética a su versión sudafricana, se izó como símbolo de emancipación. Lo mismo sucedió con la palabra “coon” (un sinónimo de “nigger”) que se dejó de utilizar en Estados Unidos pero en Sudáfrica ha adquirido un sentido positivo.

Todos participan en el Minstrel. Foto: Vanessa Anaya

Todos participan en el Minstrel. Foto: Vanessa Anaya

Después de hacer esta breve introducción al Minstrel Carnival de Cape Town, podemos apreciar el poder de cementación que tienen para la comunidad coloured de la región. Esta manifestación que tiene un gran componente identitario, es a la vez una mezcla de diferentes etnias, lenguas, historia, muy acorde con la población sudafricana. Pero lo que más sorprende es como algo que surge a partir de la esclavitud en Estados Unidos como son los Minstrels Shows, acaba volviendo y se reinterpreta por la sociedad de acogida con un sentido totalmente opuesto al que ha adquirido en su lugar de origen.

Aquí os dejamos unas imágenes de lo que fue en su edición de 2013.

[1] Los “Malay Choirs” se componen de una banda que toca guitarras, mandolinas, banjos, chelos y bajos. Los tipos de música son los klopse que incluyen los moppies, similares a la chirigota, canciones cómicas en inglés y afrikaans y también los Minstrel Songs que provienen del swing y canciones populares. Por otra parte existen los Nagtroepe que se parecen al Klopse pero que aparte de las canciones cómicas también tienen las Nederlandslied que son canciones de origen holandés-afrikaans que han permanecido intactas en el tiempo. Por último estás las Bandas de Navidad que tocan canciones populares de Navidad.

[hr]

Fuentes:

Henry Trotter

John Edwin Mason

 

Bo-Kaap Museum

Martin, D. (1999). Coon Carnival. New Year in Cape Town: past to Present. Cape Town: David Phillip Publishers.

 

 

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Trabaja desde la comunicación y gestión cultural, como herramientas que sirven para la transformación social. Su interés está puesto en temas de artivismo, feminismos y música electrónica. También disfruta cocinando y le apasionan las grandes urbes y todo lo que se cuece en sus calles. La música viene de la mano de las fiestas que organiza como promotora y DJ Moto Kiatu y Sonidero Mandril, colectivos que difunden en Madrid los sonidos tropicales y las músicas electrónicas que suenan en África y en su diáspora. Vanessa es cofundadora de Wiriko y es licenciada en Sociología (UB), postgraduada en Desarrollo Internacional (Setem/UPC) y Máster Euroafricano de Ciencias Sociales del Desarrollo: Culturas y Desarrollo en África (URV). Contacto: vanessa@wiriko.org