El Hadji Amadou Ndoye, un hispanista en el continente negro

El Hadji Amadou Ndoye. Fuente: Guinguinbali

El Hadji Amadou Ndoye. Fuente: Guinguinbali

Los obituarios corren el riesgo de sonar a puro compromiso. En este caso, Wiriko no había tenido, por su juventud, la oportunidad de hablar de El Hadji Amadou Ndoye y desgraciadamente su fallecimiento se ha convertido en la última oportunidad para recordar a una figura tan extraña como atractiva. El profesor Ndoye, hasta este mismo curso, profesor de lengua y literatura española en la Facultad de Letras y Ciencias Humanas de la Universidad Cheikh Anta Diop (UCAD) de Dakar, era uno de los expertos más relevantes en literatura española del continente africano y, sin duda, uno de los estudiosos más destacados de la literatura canaria en todo el mundo.

Dejar ahí la descripción de este estudioso, apasionado de la lengua española, sería cuando menos injusto. El atractivo de la figura de Ndoye se escapa del exotismo de ser un hispanista negro. A estas alturas, en el momento de hacer balance, vale más la pena destacar su nivel de conocimiento al margen de su color y de su procedencia, pero también lo coherente de su trayectoria personal y profesional y, sobre todo, su capacidad de hacer que esos intereses se convirtiesen en argumentos de justicia firmemente atados a la actualidad. Así, más allá del estudio teórico de la literatura canaria de la década de los años 70, que era su especialidad, Ndoye ha hilvanado sus intervenciones con críticas a la colonización, reivindicaciones de la necesidad de independencia real de los países africanos y explicaciones acerca de la inmigración.

Hasta su fallecimiento el lunes 4 de marzo, con 66 años, este profesor senegalés ha recorrido congresos, encuentros literarios, festivales editoriales, salones y todo tipo de eventos en los que se ensalzase el valor de la literatura para fascinar con sus conocimientos y con una visión simple y clara de la relación entre las letras y el encuentro de las culturas, de la justicia, del intercambio entre los pueblos. Hace ya años, en el IV Congreso Internacional de la Lengua Española celebrado en 2007 en la ciudad colombiana de Cartagena de Indias, Ndoye ya desgranó la argumentación simple de su complicada trayectoria. El resultado, una posición inquebrantable que combina a partes iguales la historia de la trata de esclavos, la importancia de la diáspora y la cultura sin fronteras, en su irrefrenable camino de ida y vuelta.

El resumen: su interés por la literatura y la cultura hispana radicaba fundamentalmente en su ligazón con la africana, la que le había conferido la aportación de los esclavos trasladados forzosamente a América. Ndoye defendía con acierto que estas aportaciones habían influido en primer lugar en la literatura latinoamericana y de ahí en la cultura hispana, en general. Su fijación por los autores canarios se debía fundamentalmente porque eran los escritores españoles que más se acercaba (y servían de puente) a esa literatura latinoamericana.

Ndoye no tenía ningún empacho en convencer a un auditorio hispanista de que en el África subsahariana había un interés real y práctico por la cultura hispana, que eran muchos los africanos fascinados por la lengua española y por sus escritores. Y su estrategia era demoledora, mucho de lo que aprender. Después de sentar esas bases le resultaba sencillo preguntar cuántos autores africanos se estudian en los institutos y universidades de España y América del Sur. Así es como cerraba el círculo, como terminaba de ligar sin artificios el interés por una cultura a priori completamente ajena en el África negra como la española; con una defensa por la producción literaria africana.

Por lo que respecta a la cultura española y su difusión, Ndoye hizo, como dicen ahora muchos de sus amigos, mucho más que la mayoría de las instituciones. Él mismo reconocía que había llegado al español a través de los ritmos caribeños utilizando además los versos del Son de la loma del Trío Matamoros versionado hasta la saciedad: Mama, yo quiero saber / De donde son los cantantes / Que los encuentro tan galantes / Y los quiero conocer / Con sus trovas fascinantes / Y me las quiero aprender. Eso era lo que Ndoye quería, aprender aquellas letras, y terminó siendo uno de los hispanistas más prominentes del África Subsahariana.  Es complicado, muy complicado, seleccionar una de las frases con las que Ndoye hacía hincapié en las capacidades de la cultura y el idioma y de la necesaria colaboración entre pueblos  cuyos destinos se han cruzado pero que la historia oficial ha silenciado. Quizá baste con una sola cita: “Somos conscientes de que parte de nuestras raíces se expresan en español. Nos incumbe sentarnos y echar las bases de una colaboración factible, volver a unir con el idioma y otros recursos lo separado por la historia, la cultura y los tópicos”.

Esta semana, El Hadji Amadou Ndoye ha recibido el discreto pero sincero homenaje de muchos de los amigos que dejó durante sus periplos, fundamentalmente, en las Islas Canarias, pero la noticia de su fallecimiento se ha contagiado también a algunos medios latinoamericanos. Sólo esa repercusión provocada por un “modesto” profesor universitario senegalés da una idea de la estatura de su figura, del tamaño de su aportación y de la cantidad de cariño que despertó. Personalmente, conocí la existencia de Ndoye hace ya unos cuantos años, cerca de una década, a través de un buen amigo canario. Hace poco tiempo, él mismo me brindó la oportunidad de conocer en Dakar a este cicerone de tantos españoles visitantes de la capital senegalesa. Tengo que reconocer que ante una pequeña complicación para concertar un encuentro me decanté por la comodidad… Ahora lo lamento y sólo me queda leer lo que Ndoye dejó, ver los vídeos (pocos) en los que explicó su postura y escuchar a quienes le conocieron. Sinceramente, lamento no haberme esforzado más por conocerlo.

Obras publicadas por El Hadji Amadou Ndoye

Estudis sobre narrativa canaria, 1998

Estudis sobre narrativa canaria (2ª Ed. Ampliada), 2006.

A un tiro de piedra, 2006.

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Ciberactivista, periodista y amante de las letras africanas. Co-fundador de Wiriko. Licenciado en Periodismo (UN), postgraduado en Comunicación de los conflictos y de la paz (UAB) y Máster Euroafricano de Ciencias Sociales del Desarrollo: Culturas y Desarrollo en África (URV). Es coautor del ensayo Redes sociales para el cambio en África (IV Premio de Ensayo Casa África). Sus ámbitos de interés y de estudio son la comunicación, las TIC y la literatura. Responsable de las áreas de Comunicación y de Publicaciones y coordinador de la sección de Letras del Magacín.
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  2. […] El Hadji Amadou Ndoye (Senegal, 1947.2013) estuvo muy vinculado a Canarias por su línea de trabajo a quien Nicolás Melini rinde homenaje en el libro reproduciendo la conferencia que dictó en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria por encargo de la cátedra Mario Vargas Llosa durante la celebración de un homenaje al hispanista senegalés Nicolás Melini dice que “no he encontrado por ahora a otro africano igual. Conocimiento. Bonhomía. Respeto. Convicción. Compromiso. Discurso. Un ser humano excepcional” aunque le llama la atención que, durante décadas, “Amadou Ndoye fuese el senegalés que se interesó por la literatura canaria, porque tengo la sensación de que los escritores estudiados no se dieron cuenta de que a Ndoye le interesa la literatura de Canarias en la medida que en esta se expresan las secuelas emocionales, sociales, identitarias, de un pasado de esclavitud. Él lo dice: casi antes que los negros, se esclavizó a muchos guanches. Y Canarias jugó un papel primordial en el comercio triangular de esclavos africanos hacia América, España, Portugal, Inglaterra, la misma élite canaria tuvo sus esclavos. Y todo esto, en cierto modo, Ndoye lo detecta en Víctor Ramírez y J.J.Armas Marcelo, por ejemplo.” […]

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