Música para la agricultura, la paz y la unidad de Sud Sudán

The Jay Family.

The Jay Family.

(*) Artículo publicado originalmente en el Boletín del Centro de Estudios Africanos de Barcelona.

Después de que el año pasado las Naciones Unidas declararan Sud Sudán como el país con la peor crisis alimentaria del mundo; recientemente, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura ha publicado un informe donde alerta sobre la inestabilidad de la región y los peligros que la población corre ante la escalada de inseguridad alimentaria. Ante tal delicada situación, algunos artistas de la región se han movilizado para sensibilizar a la población local a través de mensajes que fomentan la agricultura como una salida a la crisis alimentaria y la paz y la unidad como único pretexto para la construcción del joven estado.

Este es el caso de tres jóvenes músicos procedentes de Yei, a unos 100Km al sud de la capital, Juba. Edward Taban a.k.a Jay Boy, estudiante de artes industriales, Juma John aka Jonio J, estudiante de producción televisiva y Wani Francis a.k.a Yuppie Jay De General, trabajador social, están muy influenciados por el dueto nigeriano P Square, pero su estilo hunde sus raíces en el dancehall, el reggae y el raga. Se trata de un grupo que pretende liderar la transformación social de la región: The Jay Family. Representantes del compromiso social de los artistas contemporáneos en África del Este, pretenden hacer llegar sus mensajes a toda la región a través de letras en Inglés, Swahili, Bari y Árabe de Juba, una mezcla entre árabe y lenguas nilóticas que es la actual lengua común en Sudán del Sur.

En el primer single de su álbum debut Stakal Shedit, que significa ‘trabaja duro’ en Árabe, los jóvenes muestran a un grupo de presos de la cárcel central de Juba trabajando la tierra. “Gracias a éste videoclip nuestro mensaje caló entre los jóvenes de la región. Algunos de nosotros también nos dedicamos a la agricultura, y creímos que era fundamental transmitir nuestro entusiasmo por esta actividad”, dice Jay Boy.

Frente al éxodo rural hacia las ciudades tras la guerra civil de 2005, sobre todo a la capital, la pobreza, la escasez de alimentos y la violencia entre etnias por el uso de tierras han ido en aumento. The Jay Family quieren impulsar una juventud rural más que urbana, y animan a la juventud a volver al campo para combatir las altísimas tasas de desempleo y la escasez de alimentos. A través de sus canciones, no solo se dirigen sus compatriotas, también lanzan mensajes al gobierno de Juba para que invierta en la modernización de la agricultura y ayude a incrementar la producción. “Es posible conseguir una agricultura fuerte en Sur Sudán y en toda la región si se invierte en la modernización del sector. Hay que estimular el sector agrícola a través de presupuestos que impulsen la producción. Nuestros gobiernos deben construir buenas carreras para facilitar el transporte de los productos agrícolas a diferentes partes de Sudán del Sur. Nuestra tierra es fértil y el hambre no existiría si se invirtiese en el sector. Por eso ponemos la música al servicio de éste mensaje. Y creemos que el gobierno debería participar en programas de sensibilización para fomentar una agricultura más fuerte, porque puede ser la solución de gran parte de nuestros problemas”, reivindica.

The Jay Family se consideran un colectivo de músicos africanos, más que sur sudaneses. A pesar de que viven en Sur Sudán, su relación con otros países de la región, como Uganda, es muy estrecha. “Algunos de nosotros estudiamos en Uganda”, cuenta Jay Boy. Quizás por eso, este necesario renacimiento juvenil y la toma de conciencia sobre asuntos políticos y económicos no solo se dirige a los sur sudaneses. “Nuestro reciente lanzamiento del single Raba Sawa, o ‘crezcamos juntos’, está teniendo muchísima repercusión tanto en Sudán como en Kenia o Uganda. Lo que queremos es que el crecimiento económico y social sean un imperativo en la zona”, afirma el joven.

Sin embargo los fantasmas de la guerra, de los que ya nos habló en Wiriko el artista y ex-niño soldado Emmanuel Jal, siguen sobrevolando el joven país africano, que desde su independencia, en 2011, no solo se ha convertido en el país más joven del mundo, sino también en uno de los más castigados por la guerra. La discriminación de la minoría nuer en favor de la etnia del presidente Salva Kiir, la dinka, y las jugarretas internacionales por el petróleo del país, han llevado a un conflicto que desde 2013 ya ha desplazado a cerca de dos millones de personas, 500.000 de las cuales se encuentran en países vecinos.

“¿Cómo ha podido suceder que después de la independencia, que nos tenía que aportar paz y estabilidad, nos encontremos en una situación tan dañina para los sur sudaneses? En nuestra canción Malu hablamos precisamente de ésta situación”, dice Jay Boy. “Nuestra lucha como músicos es asegurar que nuestras canciones sensibilicen a la población sobre la necesidad de paz y unidad, porque al fin y al cabo, es la base para la construcción de cualquier desarrollo a nivel estatal. Ya hemos realizado varios conciertos para la paz y la unidad. Acompañando al periodista británico Levison Wood en un tramo de su andadura desde las fuentes del Nilo hasta su desembocadura, pudimos grabar junto a una docena de artistas sudaneses bajo el nombre de South Sudan All Stars, la canción Let’s Stand Together o ‘luchemos juntos’. También hemos estado trabajando junto a la operadora de telecomunicaciones Zain, en campañas como We Are o ‘nosotros somos’, una iniciativa para fomentar la unidad nacional”, cuenta el joven ilusionado con la creciente repercusión y visibilidad que está teniendo su música.

“Con Music Against Hunger (Música contra el Hambre), tanto las radios locales como Radio Miraya, la cadena impulsada por la Misión de las Naciones Unidas en Sudan y la más escuchada del país, se hicieron eco de nuestro trabajo”, reconoce Jay Boy. “Está en las manos de nuestra generación la nación que construyamos para mañana”.

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Investiga y escribe sobre ciudades africanas, derechos humanos y música. Le mueve la creatividad con la que construye futuro la juventud africana en contextos urbanos, especialmente en África del Este. Sus campos de trabajo son el periodismo escrito y radiofónico, la investigación o la gestión cultural. Cofundadora de Wiriko y coordinadora de Seres Urbanos (EL PAÍS), actúa como consultora independiente para entidades del tercer sector y actualmente, es Técnica de Cooperación Internacional en el Ayuntamiento de Girona. Licenciada en Filosofía (UB), posgraduada en Estudios Africanos y Desarrollo (UPF) y máster en Culturas y Desarrollo en África Subsahariana (URV).