Las benditas casualidades de Nua Trio

Actuación de Nua Trio en la Sala Jamboree. Fotos: Carlos Bajo Erro

Actuación de Nua Trio en la Sala Jamboree. Fotos: Carlos Bajo Erro

Todo en Nua Trio tiene una larga explicación porque casi todo parece ser fruto de un cúmulo de afortunadas casualidades. Que una contrabajista portuguesa de origen mozambiqueño, Luisa Brito; un percusionista flamenco autodidacta afincado en Madrid, Jesús Mañeru; y un polifacético e hiperactivo músico y poeta bissauguineano residente en Barcelona, , se encuentren no se puede interpretar de otra manera. La segunda gran casualidad es el origen de sus temas. Mû explica que se trata de poesías inéditas de personas más o menos anónimas que se va encontrando. “Frente a esos escritos siento la necesidad de musicarlos y de cantarlos. Son expresiones increíbles que me hacen pensar que no tiene sentido que yo escriba cuando hay cosas así ya escritas”, afirma Mû. Y como muestra un botón, el botón que parece impactar con más fuerza en el músico bissauguineano, al que dedica una atención especial en el escenario y que se estremece volviendo a recitar fuera de las tablas, un fragmento de una carta que una madre le escribe a su hijo:

Meu querido filho

beijo com amor maior do mundo

porque há vinte e dois anos

qual forno de vida

pús-te neste mesmo mundo

de corpo inteiro,

cá dentro

neste forno que o meu ventre foi

enchí-te de orgaos

de musculos

de ossos à pele (…)

La mayor parte de los temas del primer disco de la formación Casa Nua, incluida esta Carta de mae a filho, son poesías de Ana Patrício, una autora desconocida, inédita de hecho, pero con una carga sentimental muy poderosa. Una carga sentimental que se refuerza con la sonoridad cálida de la voz de Mû y el abrazo musical de Mañeru y de Brito. En realidad, el resultado es difícilmente clasificable, suena a cantautor y suena a jazz, pero suena también a recital poético íntimo y acogedor y a toda una trayectoria africana y europea de Mû.

Los miembros de la formación coinciden en que Nua Trio es casi “una excusa” porque lo que les gusta es tocar juntos y el escenario transmite esa complicidad de los músicos que disfrutan acompañándose entre sí. Nua Trio ha sido la tercera propuesta del ciclo AfroJamboree que se desarrolla en la Sala Jamboree de Barcelona y a través de la serenidad y la sutileza del proyecto, la calidez y la ternura de la combinación de estos tres artistas consiguieron crear en el escenario una especie de hogar, la casa de Nua Trio, la Casa Nua de la que hablan en su primer trabajo.

Es inevitable preguntar a los miembros de este heterodoxo trío por la música africana y las respuestas, aunque diferentes, tienen en común la estupefacción y la imposibilidad de una respuesta clara, básicamente por lo erróneo del planteamiento. Mû hace una aportación no por habitual, menos importante: “¿Qué es la música africana? ¿Dónde está la música europea que yo la quiero ver? En África hay una variedad todavía mayor que en Europa. La música viaja y eso es lo importante”. Mañeru responde con inocencia intencionada: “Pero, de alguna manera, ¿no parte todo esto de África? ¿Dónde está el origen del jazz y de tantos otros estilos? La verdad es que de todos modos con Nua Trio yo he descubierto sonidos que desconocía por completo”. Si al propio percusionista le han cambiado las imágenes previas, ¿qué no podrá hacer Nua Trio con un público menos experto?

Nua Trio promo from proto on Vimeo.

En todo caso, hace prácticamente dos años que Nua Trio parió Casa Nua, pero las cosas para esta formación no han sido fáciles, su propuesta es arriesgada y poco encasillable y además sus miembros están dispersos e implicados en muchos otros proyectos. Echan en falta gente, discográficas, salas de conciertos, promotores dispuestos a arriesgarse. Luisa Brito se sorprende porque “en Portugal que es un país más pequeño y que también está pasándolo mal económicamente sigue habiendo festivales y oportunidades para propuestas que no son comerciales”. Mû deja escapar el artista total que lleva dentro y simplemente considera que “nunca hay suficiente apoyo y suficientes recursos para ninguna música”.

Sin embargo, las dificultades de Nua Trio ponen de manifiesto la paradoja de la falta de oportunidades y la buena acogida de las propuestas que se hacen. Mañeru recuerda un concierto en un pueblo pequeño de la sierra madrileña. “La mayor parte del público tenía entre 70 y 80 años y cuando terminamos salí a la calle, llevaba un gorro y estaba un poco camuflado y se me acercó una señora sin saber que era uno de los músicos y me preguntó si había estado en el concierto porque había sido impresionante”. “La gente no es tonta”, señala Mañeru, “tiene ganas de escuchar a grupos que hacen las cosas con cariño, con mimo y con buen gusto”.

Y esa es una de las cosas (sólo una) que aporta Nua Trio, una imagen totalmente distinta, un cambio en los prejuicios. “Intentamos arrojar un poco de luz ante la ignorancia. De todas formas, con la cantidad de información que hay disponible, el que no quiere poner un poco de luz es porque anda un poco perezoso”, comenta Mû, con un cierto desánimo. En todo caso se muestra convencido de la necesidad de desmontar la imagen que se ha creado de África. “Es la imagen que ha creado occidente para disfrazar su mala conciencia y la deuda que tiene con África. Es ridículo que se presenten como los salvadores cuando han sido los que han robado todos los recursos de África, incluido el arte”, se queja el músico y poeta bissauguineano. Y continúa con una declaración de intenciones: “Ya lo dijo Fela, que ésta (la música) es nuestra arma para denunciar, porque no queremos causar daño a nadie, sólo denunciar”.

Hemos dicho que casi todo en Nua Trio requiere una larga explicación. Casi todo menos su música, que se define por sí misma. El clima acogedor que consiguen crear en el escenario los tres músicos es poco habitual, por eso, a pesar de las dificultades y de la incertidumbre, el verdadero cemento de esta casa es, sin duda, la admiración que se profesan entre sí. Y eso merece la pena verlo.

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Ciberactivista, periodista y amante de las letras africanas. Co-fundador de Wiriko. Licenciado en Periodismo (UN), postgraduado en Comunicación de los conflictos y de la paz (UAB) y Máster Euroafricano de Ciencias Sociales del Desarrollo: Culturas y Desarrollo en África (URV). Es coautor del ensayo Redes sociales para el cambio en África (IV Premio de Ensayo Casa África). Sus ámbitos de interés y de estudio son la comunicación, las TIC y la literatura. Responsable de las áreas de Comunicación y de Publicaciones y coordinador de la sección de Letras del Magacín.