La semilla del cine vuelve a Camerún

Emprendimiento con sabor a trópico. Una vez más, la irreductible mirada con la que desde Occidente acostumbramos a mirar al arte y culturas africanas tiene que desembarazarse, quedarse huérfana de clichés y claudicar ante las realidades constantes y dinámicas que desde distintos países africanos nos llegan. Ahora es Camerún y el do de pecho sale de una iniciativa conjunta entre el ámbito privado y el universitario.

El pasado 12 de noviembre veía la luz el proyecto, impulsado por el cineasta camerunés Jean-Pierre Bekolo, Academia de Cine Africano en el pabellón de las Artes y la Cultura de la Facultad de Artes, Letras y Ciencias Humanas de la Universidad Yaundé 1 (FALSH). El objetivo es formar a cuarenta estudiantes divididos en diez grupos para realizar una serie de doce documentales de una duración de 52 minutos en el formato de telerealidad. Esta Academia de Cine Africano se convertirá de este modo en una verdadera escuela práctica para los estudiantes que previamente han recibido una formación teórica.

Esta noticia es sumamente importante para un país como Camerún, un continente en sí mismo[1], con una tradición cinematográfica prolífera durante los años ochenta y noventa pero que paulatinamente se ha visto reducida a una escasa actividad. De la misma forma que Ousmane Sembene definía el cine como “un medio de acción política; la escuela nocturna de su pueblo”, para el decano de la FALSH, Richard Lawrence Omgba, «la idea de que los estudiantes universitarios puedan hacer prácticas es esperanzador ya que esta escuela de cine es un laboratorio donde germinarán las futuras semillas de la industria cinematográfica y que, al mismo tiempo, podrán mostrar a la población su realidad a través de la gran pantalla”.

Jean Pierre Beloko, cineasta camerunés promotor del proyecto de la escuela de cine.

Una de las certezas es que los estudiantes tendrán un abanico amplio de recursos con los que poder enriquecer sus trabajos documentales. Camerún es una pequeña África atrincherada por abultados bosques tropicales o zonas desérticas que conservan la esencia de los grandes reinos que habitaron la región y de las numerosas culturas que continúan adaptando los avatares de la modernidad a sus tradiciones milenarias. Un país de altas montañas y bañado por el mar por el que llegaron los portugueses, en el siglo XV, bautizando el territorio con su actual nombre. Una explosión de colores, lenguas y formas diversas de organizar lo político y lo social. Una coctelera donde se han agitado a lo largo de los siglos cosmovisiones diversas que hacen las delicias de antropólogos y lingüistas.

No obstante, la visión de negocio no queda exenta en esta iniciativa. Desde la organización hacen un llamamiento claro: «Le pedimos a las Universidades de hoy en día que intenten llegar a la autofinanciación para tener más capacidad de acción y creemos que a través de estos cursos de cine, el turismo y la formación profesional pueden pasar a generar ingresos», dijo Omgba.

Aunque habrá que esperar a visionar los trabajos de los alumnos, el debate iniciado a comienzos de los años 2000 continúa abierto. Por un lado, los que acusan a los nuevos directores de hacer un cine para el gusto occidental, que está destinado a los amantes del exotismo y no a su público natural, de falta de africanidad para poder acceder a las ayudas y subvenciones occidentales, de rodearse de técnicos europeos, etc. Y, por otro lado, los que subrayan su libertad artística renunciando al encasillamiento de un cine africano, apellido eminentemente occidental, para producir, simplemente, cine; con lo que las películas dejan de ser obras didácticas para convertirse en obras de arte.


[1] Algunos datos para contextualizar: la extensión territorial de Camerún es de 475.440 kilómetros cuadrados, similar a España; tiene una población de unos 19,5 millones de habitantes (2010); se han identificado unas 286 lenguas, aunque las oficiales son el inglés y el francés; alrededor de una cuarta parte de la población profesa religiones animistas, un 22% de la población es musulmana, mayoritariamente en el Norte, y el resto es cristiana (33% es católica y 17% protestante), en el Sur.

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Co-fundador de Wiriko. Doctor en comunicación en África al sur del Sahara (US), Máster en Culturas y Desarrollo en África (URV), Máster en Relaciones Internacionales (UCM) y Licenciado en Periodismo (US). Es analista político y profesor universitario de Relaciones Internacionales, periodismo internacional y cines africanos. Ha realizado documentales en España, Cuba, Senegal, Kenia, Sudán del Sur, Mozambique o RDC. Responsable del área de Formación y de Comunicación y coordinador de la sección de Cine y Audiovisuales del Magacín. Contacto: sebas@wiriko.org

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