Sense8, la serie de Netflix que abre una ventana a África

Capítulo 4 de la primera temporada de Sense 8. Suena Expensive Shit de Fela Kuti, y Jela y Capheus circulan por Ngong Road dirección Karen, en la capital keniana. Para el gran público occidental, puede no ser una escena especialmente emocionante, pero la presencia de Nairobi junto a Chicago, San Francisco, Londres, Berlín, Seúl o Mumbai marca un antes y un después en la representación errónea que África tiene en Hollywood. Las hermanas Wachowski (Matrix o V de Vendetta) lo evidencian con un guiño sutil cuando, en el capítulo 3, Riley le pregunta a Capheus «¿Dónde estoy?», y cuando el protagonista le dice «En Kibera, Narobi», ella responde: «¿En África?». Capheus contesta con una pequeña carcajada,»Africa…», con un leve balanceo de cabeza sin sorpresa ante la ignorancia occidental sobre el continente. Y clarifica: «Kenia».

Imagen promocional de la segunda temporada de Sense8 en la estación de ferrocariles de Nairobi. Con los actores Miguel Ángel Silvestre, Toby Onwumere y Bae Doona.

Lamentablemente, hoy, los 54 países que conforman África siguen siendo grandes desconocidos para la mayoría de occidentales. Algunos africanos, incluso, no titubean en afirmar que solo conocemos un 5% de su cultura. Pero Sense 8 ha dado un paso de gigante al conectar personajes de diferentes puntos del planeta y situarlos en una arena global y universalista en la que todo lo que se hace en un punto de la telaraña, se siente y afecta a todos los puntos que están conectados a ella. ¿Podría esto despertar de una vez por todas un sentir de tribu humana donde nos afecte del mismo modo un atentado en Mogadishu que uno en Londres? ¿Donde cambiemos nuestros hábitos de consumo por ser conscientes del trabajo esclavo que hay detrás de ciertas marcas de ropa, telefonía móvil o de cacao? ¿Podremos ser capaces, al fin, de entender que nos unen muchas más cosas de las que nos separan porque somos una sola tribu? Bien, ese era el futuro imaginado en Sense8.

Tras el anuncio de la cancelación de la serie de ciencia ficción a principios de junio, se diluyen las esperanzas para los millones de fans que la serie tiene en todo el mundo. Sin embargo, afortunadamente, la historia de amor de Nairobi y el cine no es algo nuevo, ni tampoco morirá aquí. Quizás no necesitemos ni siquiera superproducciones costosas como Sense8 – que ha manejado un presupuesto medio de nueve millones de dólares por episodio-. Puede que el cine africano nos pueda dar algunas pistas para tejer en mejores condiciones este telar global que hacemos entre todos. Aunque como diría el personaje de Jonas Maliki, interpretado por Naveen Ansrews (Sayid en Lost), conectarse con los demás «no es algo que haces, sino que dejas que pase».

Paul Ogola en el estreno de Sense 8.

Nos lo cuenta, en exclusiva, el actor keniano Paul Ogola, que interpreta a Jela en Sense 8, pero que ya hemos visto en anterioridad en Nairobi Half Life, Stories of Our Lifes (premio del jurado en la Berlinale 2015) o Kati Kati (premio de la federación internacional de críticos de cine en el Festival Internacional del Cine de Toronto 2016).

Gemma Solés: ¿Cómo crees que la película keniana Nairobi Half Life (David Tosh Gitonga, 2012) influenció a Hollywood para que decidiera incluir la capital keniana como una de las ciudades donde rodar Sense8?

Paul Ogola: Nairobi Half Life fue una historia de éxito para su equipo de producción y Kenia como país. El mentor que estuvo en el equipo de dirección, Tom Tykwer, ha sido siempre muy expresivo cuando se trata de talento y potencial de Kenia. Tom fue uno de los directores de la serie original de Netflix Sense8. Estoy seguro de que cuando mostró Nairobi Half Life a los creadores de la serie influyó en su decisión de venir a Nairobi, a pesar de los altos impuestos sobre la industria de la filmación en Kenia. Eso dice algo vital.

G.S: ¿Crees que la serie refleja fiablemente la vida en Nairobi o dirías que refuerza los estereotipos de violencia, pobreza, SIDA, corrupción… sobre África?

P.G: Me hice la misma pregunta un día. Fue durante una proyección privada de Nairobi Half Life, en la que el exvicepresidente de Google estaba presente. Después de la película, alguien preguntó: «¿Esta película representa Nairobi? ¿Es eso lo que realmente sucede?».

Bueno, las obras de arte deben reflejar la sociedad, ¿hay violencia en Kenia? ¡Sí! ¿Cuántas protestas pacíficas han sido marcadas con derramamiento de sangre e incluso la pérdida de vidas? Nos dirigimos hacia las elecciones de agosto y la gente está difundiendo un mensaje de «paz» más que un mensaje de «ir a votar», ¿qué te dice eso? ¿Hay pobreza en Kenia? ¡Sí! Los barrios marginales que se muestran en la serie no son un decorado que han construido para crear un ambiente pobre en una finca bien estructurada, son casas reales donde la gente vive todos los días. Donde trabajan y sueñan que algún día serán alguien diferente. La serie muestra a gente rica también, cómo Silas Kabaka. La razón por la que cuesta recordar su vida en comparación con la vida de las personas pobres es porque la línea entre los ricos y los pobres es enorme.

La enfermedad sigue siendo un problema en África, se podría gestionar adecuadamente, tal como hacen otros países del primer mundo, si nuestros propios gobiernos proporcionaran buenas instalaciones de salud y buenas políticas. Pero eso no está sucediendo aquí en Kenia. Ahora los pacientes tienen que visitar a más de un médico para un diagnóstico adecuado. El mal diagnóstico se está convirtiendo en algo frecuente y normal en Nairobi, porque el sector se ha convertido más en una forma de ganar dinero que en una práctica para salvar vidas. Estos médicos rara vez se enfrentan al brazo de la ley y la mayoría de ellos me atrevo a decir que permanecen operativos, ¿sabes por qué? ¡Por culpa de la corrupción!

 

G.S: Y más allá de la representación que se hace de Nairobi en Sense8, ¿qué es lo que más te gustó del personaje de Jela? ¿Y cómo crees que Capheus y Jela representan la cultura del matatu y la ambición de ganar dinero con el transporte en Nairobi?

P.O: Jela es un personaje que realmente me hubiera gustado tener en mi vida. Desempeñé ese papel pensando en el tipo de persona que yo necesitaba a mi lado. Cualquiera que haya visto a Capheus debe estar celoso y desear tener un Jela en su vida, porque todos necesitamos alguien en quien apoyarnos. Aunque hoy, tengo una Jela en la vida real, mi chica, Adeline Nimo.

Capheus y Jela, en Sense8.

Capheus y Jela se levantan para una sola cosa todos los días: Van Damn! Ese viejo autobús era nuestro negocio y fuente de sustento, la única manera en que podíamos ser incluidos en el grupo de la clase trabajadora. Transportar a la gente de su hogar a sus diversos destinos por dinero es un negocio en auge en Kenia. En la serie, nuestro autobús siempre estaba vacío porque era viejo y solitario, nada de lo que pudiera estar orgulloso hasta que Capheus hiciera algo tan valiente que el público lo amase. Fue entonces cuando empezaron a llenar clientes al autobús y significó más dinero. Eso se traduce en la razón por la cual la mayoría de los Matatus en Kenia están siempre personalizados con cromos, graffitis, música fuerte, televisión por satélite, algunos tienen refrigeradores dentro del autobús con pantallas en cada asiento… Tienes que ganarte el corazón del público si lo quieres en tu matatu. Es como seducir a una chica, tienes que mirar y actuar lo mejor posible.

G.S: Hablando de relaciones… En Sense8 hay dos parejas homosexuales y una clara intención de abogar por los derechos del colectivo LGTBIQ. Habiendo sido parte de Stories Of Our Lives, censurada por el gobierno keniano, ¿cómo crees que la sociedad keniana se ha tomado a estos personajes? ¿Y el gobierno?

P.O: El estado es el representante de su pueblo. El gobierno prohibió la película que acabas de mencionar en 2014 por su representación LGBTIQ, y todavía es ilegal tenerla en el país. The Nest, que son los productores, todavía están esperando que un día el gobierno tenga una epifanía. Pero hasta entonces, la comunidad todavía tendrá que luchar para conseguir su espacio en Kenia. Hace aproximadamente una semana, el presidente de la Junta de Clasificación de Cine de Kenia, Ezekiel Mutua, prohibió 6 programas, entre ellos algunos de animación como Loud House, The Legend of the Korra y Hey Arnold, que se difunden en Nickelodeon. También están Clarance, Steven Universe y Adventure Time, que aparecen en Cartoon Network. ¿Las razones? Promueven la homosexualidad.

Sé de unos cuantos kenianos que realmente se preocupan por el colectivo LGBTIQ, pero la mayoría están en contra y eso es un hecho. Un amigo mío me dijo una vez, «Kenia aún no está lista».

G.S: ¿Crees que Sense8 ha abierto una puerta a la educación global en diversidad sexual y cultural?

P.O: Sense8 ha desatado una revolución psicológica muy grande. Es raro que una obra de arte vaya de la mano de asuntos que se tratan normalmente con pinzas como la política, la orientación sexual o la religión. Pero para mí lo que más me sorprendió de las escritoras Lana y Lilly Wachowski es que escribieron el espectáculo sobre una base muy simple: la humanidad. Se basaron en la idea de todos somos humanos en diferentes lugares del mundo, nuestros sentimientos y pensamientos nunca son tan diferentes.

Podemos conectarnos humanamente tal como lo hacemos con smartphones. Un beso soplado desde el Polo Sur puede llegar al Polo Norte si sólo nos sentimos, nos relacionamos unos con otros como seres humanos.

Esta ha sido la genialidad de Joseph Michael Straczynski y las Wachowskis.

G.S: Con una de las poblaciones urbanas de más rápido crecimiento del planeta, las ciudades africanas están recibiendo cada vez más atención de las instituciones financieras y los círculos empresariales occidentales, que se dan cuenta del potencial que tienen como impulsores del desarrollo. Nairobi, por ejemplo, es ya una ciudad cosmopolita, conectada al mundo, hogar de miles de expatriados y multinacionales. ¿Debería el cine occidental tomar más en serio a Nairobi y otras capitales africanas en sus series? ¿Qué otras ciudades africanas crees que tienen las características – una buena industria cinematográfica, un buen reparto de actores y actrices – para captar la atención de Hollywood en los próximos años?

P.O: Siento que Hollywood ya se ha dado cuenta de qué hay en Kenia. Tenemos características notables, galardonados contadores de historias y recientemente, la actriz keniana Lupita Nyong’o recibió un Oscar! Así que creo que Hollywood es realmente consciente del potencial de Kenia. Sin embargo, el gobierno no ha creado una ley que sea tentadora en materia de impuestos para atraer a los productores internacionales del cine. Los impuestos son muy altos, no hay incentivos fiscales para los estranjeros que piensan en venir a rodar a Kenia en comparación con los países que valoran el sector y lo apoyan, como es el caso de Sudáfrica. Sudáfrica encabeza esta liga. Nigeria es otro gigante que está haciendo grandes colaboraciones con Hollywood, pero Kenia es como un gigante enjaulado. Hay que abrir esa cerradura y establecer una industria libre. Tenemos todo lo que hace falta para ello.

G.S: Tras la reciente cancelación de la serie por parte de Netflix, ¿qué significa que no se siga rodando Sense8 para los actores y actrices kenianos?

P.O: Va a costar mucho tiempo encontrar otra producción de tal valentía que invierta en Nairobi. Hasta entonces, volveremos a la supervivencia.

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Investiga y escribe sobre ciudades africanas, derechos humanos y música. Le mueve la creatividad con la que construye futuro la juventud africana en contextos urbanos, especialmente en África del Este. Sus campos de trabajo son el periodismo escrito y radiofónico, la investigación o la gestión cultural. Cofundadora de Wiriko y coordinadora de Seres Urbanos (EL PAÍS), actúa como consultora independiente para entidades del tercer sector y actualmente, es Técnica de Cooperación Internacional en el Ayuntamiento de Girona. Licenciada en Filosofía (UB), posgraduada en Estudios Africanos y Desarrollo (UPF) y máster en Culturas y Desarrollo en África Subsahariana (URV).
1 comentario
  1. Cristina Tino Dice:

    No he vist la serie, però després del teu article, crec que m’hi posaré.
    Molt interessant i necessari!
    Gràcies Gemma, sempre al peu del canó.
    Una abraçada!
    CRIS

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