Los Premios Channel O se olvidan de la diversidad africana

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La undécima edición de los Premios de la Música de Channel O, que se celebrará el próximo sábado 29 de noviembre en Soweto, Johannesburgo, ya ha presentado su lista de nominados. Los premios del veterano canal de televisión dedicado exclusivamente a la música africana y lo que representa el mayor reconocimiento para el sector musical africano junto a los prestigiosos Kora Awards del África Occidental, abrieron ayer las votaciones para premiar a los mejores artistas de 2014.

Para ello, Channel O ha creado catorce categorías, entre las que distingue el talento artístico por géneros (hombre/mujer), estilos musicales (ragga dancehall, afropop, kwaito, r&b o hip hop) y regiones (en concreto: África del este, África occidental y África austral), a parte del mejor videoclip, el mejor dueto o banda y el mejor artista revelación del año. Algunos se extrañarán de no ver representada la región de África central, con toda su artillería de pesos pesados del sector musical, así como representantes de estilo tan significativos como el afrobeat, soukous, makossa, coupé decalé, mbalax, chimurenga, marrabenta o morna. Y es que una de las mayores críticas hacia los más mediáticos y glamurosos premios de música africana de todo el continente es la escasez de representantes de ámbitos lingüísticos no-anglófonos y que representen la inmensa diversidad sonora del continente. Más en concreto, se echan de menos a artistas que no provengan de los dos países hegemónicos: Sudáfrica y Nigeria.

Caso evidente del predominio nigeriano y sudafricano son los ejemplos del nigeriano Davido y el sudafricano Cassper Nyovest, ambos nominados a cinco categorías diferentes, con la excepción del tanzano Diamond Platinumz, nominado en cuatro categorías diferentes.

Una de las particularidades de estos premios es que la elección de los ganadores viene determinada por la votación del público a través de dispositivos de telefonía móvil. A pesar de que esto tendría que equilibrar la balanza para que votantes de todo el continente pudiesen elegir a artistas de su propia región, el sistema de votos, que se hace a través de la aplicación para móviles WeChat, queda restringido a los suscritos, en su mayoría sudafricanos.

¿Como justificar las limitadas elecciones de los organizadores? La uniformidad de estilos y la mayor presencia nigeriano-sudafricana podría ser debida a que tanto las industrias musicales como audiovisuales de Nigeria y Sudáfrica representan dos titanes que hacen sombra a otras producciones como la ghanesa, la zimbabuesa, la camerunesa, la congoleña o la keniana, aunque evidentemente, ni mucho menos por calidad musical. Pero, ¿qué pasa con el rico panorama de la industria cinematográfica burkinabesa o el Hillywood de Ruanda?

En la nominación por regiones, por ejemplo, encontramos grandes vacíos, por no decir precipicios con ecos estruendosos. Entre los nominados del África occidental solo encontramos a artistas de Nigeria (Davido, Burna Boy, Olamide y Dr Sid) y Ghana (R2bees ft Wizkid), quedando excluidos países con brutales producciones musicales como son los clarísimos casos de Mali, Cabo Verde, Costa de Marfil, Senegal o Burkina Faso. Lo mismo sucede con la categoría del África del Este. Con tan solo representación de los países anglófonos: Kenia (Sauti Sol y Elani), Tanzania (con uno de los mayores nominados, Diamond Platinumz) y Uganda (Navio y Eddy Kenzo). En este caso, no se halla representación alguna de la actualidad musical de Madagascar, Malaui, Zambia, Ruanda, Burundi o Somalia. ¿Y qué decir de la nula representación del titán de los titanes: Etiopía? ¿Y el Norte de África?

Los premios de la música africana Channel O se han olvidado de la diversidad africana.

 

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Investiga y escribe sobre ciudades africanas, derechos humanos y música. Le mueve la creatividad con la que construye futuro la juventud africana en contextos urbanos, especialmente en África del Este. Sus campos de trabajo son el periodismo escrito y radiofónico, la investigación o la gestión cultural. Cofundadora de Wiriko y coordinadora de Seres Urbanos (EL PAÍS), actúa como consultora independiente para entidades del tercer sector y actualmente, es Técnica de Cooperación Internacional en el Ayuntamiento de Girona. Licenciada en Filosofía (UB), posgraduada en Estudios Africanos y Desarrollo (UPF) y máster en Culturas y Desarrollo en África Subsahariana (URV).