Damon Albarn y Africa Express acusados de neocolonialismo

«La colonización del siglo 21 está viva» 

Con este inflamable mensaje a través de su cuenta de Facebook, el artista sudafricano Petite Noir, incendiaba las redes sociales junto una fotografía –que fue borrada posteriormente– del contrato que Africa Express les hizo a él y a otros músicos de renombre como Spoek Mathambo o Zolani Mahola (cantante de Freshlyground), durante su último viaje a Sudáfrica. Inmediatamente, otras voces como la de la londinense Nabihah Iqbal, se sumaban a la polémica acusando al proyecto iniciado por Damon Albarn (líder de Blur o Gorillaz) en 2006 para lanzar las carreras de talentosos músicos africanos a escala internacional, de trato injusto a los músicos africanos.

«La gente debe saber qué hay detrás de la fachada de esta «organización benéfica» (…) a menos que nos arriesguemos a hablar sobre estas injusticias, las cosas nunca cambiarán», decía Nabihah en un twitt la semana pasada.

Lo que denuncian algunos de los artistas que han participado en la última «expedición» de Africa Express al continente son las cláusulas de un contrato que, a pesar de haber grabado varias canciones para un álbum coral, cedería los derechos de autor de todos los artistas a cambio de 1 dólar. Es decir, a cambio de 80 céntimos de euro. «¿Cómo puede estar esto comprometido con apoyar la música en África?», se lamentaba Nabihah en Twitter.

Zolani Mahola y Gruff Rhys en Johannesburg, durante el último viaje de Africa Express en Sudáfrica. Imagen del Facebook del proyecto.

Sin embargo, los organizadores de Africa Express respondieron, también a través de un comunicado público a través de su página oficial de Facebook, donde decían lo siguiente:

«Africa Express invita a músicos del Reino Unido, Europa y Estados Unidos a colaborar con artistas africanos y de Oriente Medio en espectáculos en vivo, eventos y grabaciones de álbumes para promover la música africana y de Oriente Medio. Hemos estado haciendo esto desde hace más de una década, trabajando con cientos de músicos brillantes.

Africa Express no se ejecuta para obtener ganancias. En la medida que pagamos todos los gastos de viaje, alojamiento y otros costos para que los artistas occidentales se unan a nosotros en los viajes, les pedimos que ofrezcan su tiempo como voluntarios. Pueden contribuir a nuestros costos si están dispuestos a ello. No les pagamos. Todos nuestros contratos son negociados, discutidos y acordados, no infligidos.

Los artistas en África son tratados de manera diferente, reflejando a menudo circunstancias diferentes. Les pagamos por su tiempo.

Nos aseguramos de que todos los beneficios obtenidos de las grabaciones, después de los costos, vayan a los artistas y la promoción de la música africana.

Acabamos de terminar una fantástica semana de colaboraciones que esperamos genere otro gran disco, como Maison De Jeunes, In C Mali y The Orchestra of Syrian Musicians, que beneficiará a los artistas intérpretes o ejecutantes que se unieron a nosotros y, con suerte, atraerá a muchos más oyentes hacia algunos maravillosos músicos».

 

Con más de una década de trabajo en el continente, Africa Express ha trabajado con un increíble elenco de artistas y músicos africanos como Bassekou Kouyate, Amadou & MariamFemi Kuti, Fatoumata Diawara, Dele Sosimi, Daara J o Baloji. Y hasta la fecha, ninguno de ellos había expresado malestar en el trato recibido por el proyecto. Sin embargo, la polémica suscitada en las redes sociales evidencia muchas tensiones laborales desde el colectivo de artistas participantes en la última odisea, que deja abiertos algunos interrogantes bastante preocupantes.

Nabihah Iqbal y BCUC en Johannesburg, Gauteng, durante el último viaje de Africa Express. Foto de Denholm Hewlett.

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Investiga y escribe sobre ciudades africanas, derechos humanos y música. Le mueve la creatividad con la que construye futuro la juventud africana en contextos urbanos, especialmente en África del Este. Sus campos de trabajo son el periodismo escrito y radiofónico, la investigación o la gestión cultural. Cofundadora de Wiriko y coordinadora de Seres Urbanos (EL PAÍS), actúa como consultora independiente para entidades del tercer sector y actualmente, es Técnica de Cooperación Internacional en el Ayuntamiento de Girona. Licenciada en Filosofía (UB), posgraduada en Estudios Africanos y Desarrollo (UPF) y máster en Culturas y Desarrollo en África Subsahariana (URV).
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