ARTCONTINUES: la propuesta desde Kenia contra la infodemia

Alamin Mutunga, miembro del colectivo y cineasta que ha grabado las entrevistas explica que han aprendido mucho durante el proceso para tener una radiografía del sector artístico. «Todos tienen sus problemas únicos, pero el problema principal definitivamente sería el hecho de que los artistas se han visto afectados económicamente. Su fuente de ingresos dependía en gran medida de las actividades cotidianas que se han suspendido en este momento. Pagar las facturas es un desafío y algunos no tienen comida para poner sobre la mesa en este momento, pero esperan que las cosas cambien. Pawa254 ha podido crear paquetes de ayuda para que los artistas los usen mientras tanto.»

Wycote, artista visual de 23 años, residente en el slum de Korogocho, ha sido uno de los elegidos para esta miniserie documental. «En este momento la gente está priorizando la comida y no el arte. Estoy explorando el arte digital dibujando todos los días. Vivo con mi tía y otros cinco hermanos y, como sostén de la familia, no puedo exhibir mi arte físicamente después de la prohibición de las reuniones sociales. Mi tía ha tenido que intervenir para hacerse cargo de las facturas. Animo a mis colegas artistas a que ayuden a aplanar la curva aprovechando nuestro arte para sensibilizar al público y a nuestra comunidad inmediata».

El veinteañero y poeta oral Himno Republiq, vecino del slum Mathare explica que la lucha por el equilibrio entre los conciertos remunerados y no remunerados junto con el estado actual de alarma es terrible. «Hago malabares entre cuidar a una madre enferma y mi hermana menor y hacer que mi arte se mueva contra viento y marea. El ambiente en el que vivo inspira mis piezas de poesía. Cualquier aspecto positivo y negativo que pueda amplificar a través de mi arte y la vida que vivo en el gheto son mis pequeñas victorias. Todos somos humanos y muchas injusticias tienen lugar en los guetos. El COVID-19 ha afectado los espectáculos artísticos, que eran mi esperanza diaria. Actualmente estoy explorando composiciones instrumentales, escribiendo nuevas piezas y fusionando rap con mi poesía. La cuarentena en una casa de una habitación es difícil. Socializar y compartir fue útil. Creo que Dios vendrá por nosotros en medio de esta pandemia».

La también poeta oral Shikkiey de 24 años y residente en el slum de  Kibera explica cómo está viviendo el confinamiento de esta manera: «Mi proceso de escritura es muy aleatorio. Proviene literalmente de todas partes, pero lo más importante de los espacios creativos, es observar a las personas cómo crean arte. Diferentes piezas tienen diferentes mojos o fuentes de inspiración en el proceso creativo. El viaje ha sido un todo: arriba, abajo, estresante, he querido dejarlo un par de veces, me ha encantado tantas veces… Pero cada vez que estoy en el escenario me recuerda por qué estoy allí y necesito estar allí. Mis piezas tienen un significado y un propósito detrás de ellas, desde la educación hasta la conciencia y no solo el entretenimiento. Como soy un artista escénico, pude ganar dinero al ser contratado para actuar en conciertos que requieren reunión social. Hay muchas personas que contribuyen al campo creativo que dependen de la reunión social. De hecho, estaba en el proceso de organizar una gira de poesía que arecorriera Etiopía, Uganda, Ruanda, Burundi y Tanzania antes de que ocurriera el COVID-19. ¡Pero ahora tenemos que esperar a que vuelva la normalidad, sea lo que sea que eso signifique!

Si quieres ver todos los vídeos realizados dentro del proyecto PAWAFUL PEOPLE: #ARTCONTINUES puedes hacerlo aquí.