Mary Okeke: “La literatura demuestra que en África se crea, se lucha, hay vida”
“Cuando estuve internada con once años me aficioné a la lectura. Además soy una persona tímida y busco un cierto amparo, resguardo en los libros”, eso es lo que Mary Okeke busca en los libros. Hace poco más de cuatro años que esta joven nigeriana residente en Barcelona comparte sus impresiones de la literatura africana a través de un blog de críticas literarias. Posiblemente, el único blog de este tipo que se escribe en inglés en la península. Okeke aborda desde los últimos lanzamientos hasta los clásicos. En total, alrededor de 200 artículos, que han puesto su granito de arena por dar a conocer a los autores africanos. El compromiso con su blog, le ha llevado, incluso, a volcarse más en su pasión. “Para mí la lectura es una forma de vida. Cuando comencé con el blog, empecé a leer todavía más, que es realmente lo que me gusta, y a escribir. He aprendido y he podido estar en contacto con el continente, con mí continente. Lo he ido descubriendo”, confiesa esta joven nigeriana.
La literatura, para esta bloguera, es la puerta de entrada hacia la realidad. “Es la manera de leer la historia de las personas a través de ellas mismas y no a través de otras personas, como por ejemplo los periodistas. Con todo el respeto, los periodistas pueden contar historias atractivas, pero a veces puede haber intereses. Leer las historias de Chimamanda (Ngozi Adichie), de Chinua Achebe, de Helon Habila o de muchos otros, escuchas las historias del pueblo africano y ves que esas personas tienen inquietudes, son gente fuerte, luchadora…”, comenta apasionadamente Okeke.
Para esta joven nigeriana, la literatura además es una herramienta para romper los estereotipos sobre África y equilibrar la imagen que se proyecta del continente. “Las noticias sobre África que aparecen en los medios, son normalmente historias negativas. A través de los libros, aunque a veces cuenten también historias duras, ves que en esos países también se puede crear, pueden salir cosas bonitas. A pesar de los fallos que existen, son personas creativas que cuentan sus historias, luchan y tiran para adelante”, explica. Para ella, parece casi una obsesión poner de manifiesto esa capacidad para crear: “De ese continente no sólo surgen cosas negativas, como vemos en la televisión. Hay muchas otras realidades, hay mujeres con mucha fuerza, hay médicos, las plantas también florecen, que hay historia y que hay vida”.
Mary Okeke llegó a Barcelona junto a su tía hace catorce años, cuando contaba quince. Mientras esa adolescente pensaba qué iba a hacer con su vida, se encontró con que ya se estaba forjando un futuro en el que se veía en su ciudad de acogida donde ha formado su familia. En paralelo a su pasión por la literatura, es enfermera y trabaja en ese sector, a la vez que estudia psicología. Su formación incluye también un posgrado en anestesiología. La energía que desprende es evidente igual que su capacidad de superarse y su sed por seguir creciendo y construyéndose. A pesar de eso, y aunque es tan benévola como optimista, ha vivido con los efectos de los estereotipos. Con esas miradas que reflejan conmiseración, ese “pobrecito” inducido sólo por el color de la piel, esa compasión que impide ver más allá. Como en el caso de Mary, los que le han dedicado esas miradas no han reparado en la persona con profundas convicciones e inquietudes que hay detrás. Reconoce que ha tenido que marcar, en ocasiones las distancias, poner a algunas personas en su sitio ante los discursos piadosos. Y tiene la sensación de que siempre tiene que demostrar más que los autóctonos.
Curiosamente, en su conversación, Mary reproduce la archiconocida conferencia de Chimamanda Ngozi Adichie sobre “El peligro de una sola historia”. Mary ha sido protagonista de esas contradicciones culturales. Ha sido esa niña que leía “sobre el frío y los tractores” y no entendía muy bien aquellas historias. “Afortunadamente, he acabado pudiendo leer lo que me gusta, las historias con las que me siento identificada, como cuando leo cosas en pidgin, por ejemplo. Eso no quiere decir que en Barcelona no me sienta como en casa, pero en Nigeria he pasado una época de mi vida especialmente importante, como es la infancia y tengo todos esos recuerdos”, afirma Okeke.
La identidad es una cuestión importante para esta bloguera y ella tiene clara la suya. Quizá eso le permita sacar todo el jugo a la literatura: “Conozco mi cultura, sé de dónde vengo, sé quién soy, aunque esa identidad se ha ido transformado con mis experiencias en distintas culturas. Por eso me gusta leer historias con las que me identifico”. Su interés no se limita a la literatura nigeriana porque asegura que para ella ha sido una herramienta para “explorar y conocer” un continente al que se siente profundamente ligada y para “entender mejor lo que está pasando”. Las historias pequeñas, las de los ciudadanos anónimos es, para Okeke, la que da las pistas, las que van hilvanando el camino hacia el futuro.
Después de doscientos post y otros tantos libros comentados, Mary Okeke cree que las literaturas africanas están experimentando un momento de apogeo. Chimamanda Adichie aparece constantemente en sus explicaciones. En este caso, como ejemplo de una voz autorizada que está dando una mayor proyección a las literaturas africanas. “Hay muchísimos escritores increíbles, pero Chimamanda ha servido de referente y ha abierto caminos”, señala la voraz lectora. Los premios son también una motivación para los autores, según Okeke, y el hecho de que escritores africanos estén ganando certámenes internacionales demuestran su calidad incuestionable. A estas pistas sobre la efervescencia de las literaturas, la bloguera añade, por ejemplo, las iniciativas de editoriales independientes, algunas de las cuales ya han sido mencionadas en esta sección como Cassava Press Republic o las experiencias de autopublicación y de uso de los entornos digitales para no depender completamente de la industria editorial global, pilotada desde los países del norte.
Mary Okeke está convencida de que si nos interesásemos más por las literaturas africanas tendríamos “mucha más perspectiva”, que “se entendería que las culturas africanas se verían diferentes”, que “las personas son personas normales, como tú y como yo, que tienen preocupaciones”, eso evitaría, para esta bloguera, que esas personas “sean menospreciadas, porque juzgamos a los demás por lo que nosotros sabemos de sus culturas”. “Respeto, sobre todo respeto, por la lucha de las personas que intentan salir adelante, que tienen culturas ricas”, ese sería el resultado más inmediato del interés por las literaturas africanas. “Al final”, concluye Mary, “la literatura te da curiosidad por saber qué hay más allá, no quedarte con lo que te venden, cuestionarte cosas, indagar, dudar. La literatura es una forma muy barata de viajar”.
Tengo la suerte de conocer a Mary..Sin duda estoy de acuerdo con el escritor de este articulo.
La energía que desprende es evidente igual que su capacidad de superarse y su sed por seguir creciendo y construyéndose.
Gracias por tu blog Mary lo sigo y me gusta mucho, y por este articulo Carlos:-)
Que gran verdad! La literatura te da curiosidad por saber qué hay más allá, no quedarte con lo que te venden, cuestionarte cosas, indagar, dudar:-)
Que web mas chula!!