Carlos Lopes, el cantante que quiere “calmar las almas”

La música siempre ha sido uno de los pilares culturales de Cabo Verde, tanto en el territorio nacional como forma de resistencia a las opresiones portuguesas o bien en las diásporas para recordar las islas de la morabeza (hospitalidad, calidez humana). Lo cierto es que cada vez son más las iniciativas las que se están impulsando para reforzar su papel como seña identitaria. Es el caso del cantautor e intérprete caboverdiano Carlos Lopes (1985) quien a la edad de diez años emprendió un viaje de reunificación familiar que le llevó a crecer en Francia, dejando atrás Santiago, su tierra natal. Sin embargo, esto no ha sido impedimento para que su primer trabajo discográfico explore los sonidos de su tierra. Y hoy, nos lo cuenta.

Este año se han celebrado en Santiago dos eventos que subrayan la importancia musical de las islas: el Kriol Jazz Festival (JKF) y el Atlantic Music Expo (AME). Siendo esta su 11ª edición, el JFK surgió en 2009 con vistas a promover el talento de artistas dentro de la esfera criolla, ya sean de origen caboverdiano, caribeño o del Océano Índico. El festival reúne a músicos de todas partes del mundo, intentando atraer así a un público internacional. Por otro lado, cabe destacar la reciente puesta en marcha de la AME, diseñada para entablar redes transnacionales entre artistas de Cabo Verde y de otros lugares. Y es que según un informe de las Naciones Unidas sobre la economía creativa en Cabo Verde, la cultura se ha convertido en un factor esencial para el desarrollo del país insular. Por lo que no es de extrañar el especial énfasis que, desde lo público y lo privado, se está poniendo para popularizar la producción musical del archipiélago.

Hoy queremos destacar una de las voces de la diáspora caboverdiana que está contribuyendo a la difusión de los sonidos criollos mediante sus composiciones. Nos referimos a Carlos Lopes. Desde una edad temprana la música se constituyó como una parte muy importante de su universo personal. Fue tras mudarse a Niza cuando empezó las clases de canto y más tarde sus estudios en el Conservatorio Nacional de la ciudad francesa, apostando así por dedicarse profesionalmente a ella.

Carlos Lopes, cortesía del autor.

Aunque influenciado por los géneros que encontró en la ciudad europea, la música de Lopes también está impregnada de las sensaciones y recuerdos de su infancia en Cabo Verde. Su primer álbum, Kanta pa Skece (2017, Early Records), combina una mezcla de sonidos y tendencias musicales, estando así en sintonía con el carácter criollo de las islas de la macaronesia.

Hablamos con el artista caboverdiano,que nos cuenta un poco más sobre su recorrido profesional.

I.G.B. Hace casi dos años que salió a la venta Kanta pa Skece. ¿Cómo ha sido el recibimiento de tu trabajo hasta entonces?

C.L. Mi primer álbum fue bien recibido. Estoy muy contento porque fue una producción que además hice con mi primo Gabriel.

I.G.B. En la carátula del disco y en las actuaciones, apareces con una oreja pintada de azul, ¿a qué se debe?

C.L. Para mí es importante tener una identidad sólida en el arte. El azul es para recordar el color del cielo de mi país y la oreja es el símbolo que elegí para representarme a mí mismo; quiero transmitir un mensaje que llegue a los oídos de las personas.

I.G.B. Tengo entendido que has creado un país y una lengua ficticia. ¿Nos puedes contar cómo surgió esta idea y por qué?

C.L. En Cabo Verde no había habitantes, por eso hablo de que somos la brisa de varios continentes. Mi alma sólo tiene un sentimiento de África, por lo que en este lenguaje imaginario utilizo onomatopeyas de sonidos africanos, pues para mí son un canal directo que me permite estar en contacto con mis antepasados.

I.G.B. Después de haber crecido en un país totalmente distinto a Cabo Verde, ¿sientes que con Kanta pa Skece has recuperado una parte de tu identidad caboverdiana?

C.L. Nunca he perdido mi identidad caboverdiana. Aunque me haya ido de Cabo Verde, Cabo Verde nunca se irá de mí. Lo primero que me dije cuando llegué a Francia con diez años es “Soy de Cabo Verde”. Tuve que aprender un idioma nuevo y una cultura nueva. Fue muy gratificante, pero alrededor de los veinte años sentí la necesidad de encontrar mis raíces y la música me hace sentir que tengo que cantar en criollo.

I.G.B. La diáspora caboverdiana es la principal responsable de la popularización de los sonidos caboverdianos. ¿Crees que esto reproduce lógicas eurocentristas? ¿Por qué crees que los trabajos de los y las artistas que viven en las islas no llegan a Europa?

C.L. La diáspora caboverdiana contribuyó no sólo a la popularidad de nuestra música, sino también a enriquecerla. Por ejemplo, los músicos caboverdianos que viven en Europa o Estados Unidos no tocaban exclusivamente música de Cabo Verde, también funk, jazz… Lo que significa que cuando volvemos a nuestra música, hay elementos que salen naturalmente. Los artistas siempre están innovando. Lo único nuevo son las tendencias.

I.G.B. Durante tu adolescencia interpretabas canciones en varios idiomas (inglés y francés), sin embargo, las letras de tus canciones de ahora son en criollo. ¿Consideras que esta elección ha tenido repercusiones positivas o negativas a la hora de difundir tu trabajo?

C.L. Cuando era pequeño descubrí el reggae gracias a los vinilos que mis tíos trajeron de Europa. Cantaba canciones de Bob Marley y UB40 sin saber lo que decían. El idioma no es una barrera, da igual cuál se utilice en una canción que si esta es hermosa llegará a la gente.

I.G.B. Hace poco se ha anunciado que tu nuevo álbum se llamará Mémoria Azul. Teniendo en cuenta que el azul se refiere a tus recuerdos del mar y del cielo de Cabo Verde tal como nos acabas de contar, ¿es este un trabajo de introspección también? ¿Qué vamos a encontrar en él? ¿Cuándo lo podremos escuchar?

C.L. Mi primer álbum es un homenaje a la música de Cabo Verde. Mémoria Azul, mi segundo trabajo, es más amplio en el sentido de que tiene una sonoridad más moderna. Tengo planeado que salga el próximo año y en él habrá canciones que hablan de momentos históricos importantes de Cabo Verde, pero también de los recuerdos que tengo de cuando era niño y vivía allí.

Carlos Lopes, cortesía del autor.

I.G.B. Mientras estudiabas música contemporánea en el Conservatorio Nacional de Niza también te formaste en piano y canto lírico, ¿escucharemos algo en esta línea en tu próximo trabajo?

C.L. Estudiar canto lírico ha contribuido, por un lado, a abrirme a otros géneros musicales, y puede que sin yo saberlo haya influencia de la música clásica en lo que hago. A pesar de que me gusta estudiar por ejemplo la armonía de jazz en el piano, me siento más cómodo componiendo mis propias canciones en otros estilos/géneros.

I.G.B. Si pudieras colaborar con cualquier artista, ¿quién sería y por qué?

C.L. Hay muchos artistas con los que me gustaría colaborar, pero lo que me interesa especialmente es que haya un intercambio real, no sólo lo que programen los productores. Estoy abierto a propuestas. Acabo de grabar una canción con un rapero que saldrá este verano. En el próximo álbum habrá invitados, pero es una sorpresa.

I.G.B. En una sociedad acelerada donde se promueven más los valores superficiales, ¿qué crees que puede aportar tu música?

C.L. Me gusta cantar y cuando lo hago es para mí algo espiritual, olvido todo en ese momento. Espero que mi música haga feliz a la gente, que calme sus almas; por eso canto.

I.G.B. Muchas gracias Carlos, ¡esperamos poder disfrutar pronto de nuevo álbum!

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Indhira García Belda

Graduada en Estudios Ingleses (ULL). Máster de Relaciones Internacionales y Estudios Africanos (UAM). Le apasionan los estudios indios y africanos.