Millicent Ogutu en un monólogo lejos del «aquí» y «ahora»

TMWL 9

Marie Stopes (1880-1958) fue una paleobotanica británica famosa por su lucha por los derechos de la mujer y por haber fundado la primera clínica de prevención del embarazo en Inglaterra. ¿Qué hace que en el siglo XXI una obra sobre su vida sea de especial relevancia para el público de Nairobi? Continúa siendo una incógnita para el escaso auditorio que llenaba las butacas del Braeburn Theatre el pasado sábado.

El que la obra To Marie With Love, escrita por Pauline Devaney y dirigida por June Gachui, se estrenara en el teatro de una de las escuelas privadas internacionales más preciadas de la clase alta de Nairobi, en la comunidad de Lavington, dando la espalda a una de las zonas más deprimidas de la ciudad (el slum de Kawangware), puede ser en sí mismo indicativo del tipo de público al que iba dirigida la obra. Pero al final de la actuación, uno se daba cuenta de que lo único destacable de To Marie With Love era la interpretación del monólogo de la protagonista, la keniana Millicent Ogutu.

El soliloquio de Ogutu puede parecer monótono y sin sabor. La narración de la vida de Stopes se bate entre los delirios de grandeza truncados por frustraciones erótico-sexuales, y el éxito de una científica que no es capaz de lidiar con su propia vida emocional. Ogutu parece más cómoda en el cambio de roles interpretativos, poniéndose en la piel de los jueces que juzgan a Stopes por liderar una carrera en pro de los contraconceptivos, o bien poniéndose en la piel de aquéllos que le escriben correspondencia contándole sus problemas sentimentales. Definitivamente, Ogutu consigue romper con la monotonía introduciendo personajes no-presentes en la obra.

La tragicomedia de una mujer desesperada por encontrar el amor, que siendo una de las mentes más brillantes de su generación en Europa, descubre su virginidad después de su matrimonio, pierde un hijo y queda atrapada en una lucha por mantener vivos sus matrimonios, es la radiografía de una mujer de clase media europea de principios del siglo XX.

¿Qué similitudes puede tener ese papel con el de una mujer keniana del nuevo milenio? ¿El peso de la religión judeocristiana y su amor romántico? ¿El estigma social de una mujer incapaz de engendrar hijos en edad joven? ¿La deshonra de la utilización de contraceptivos desde una mirada tradicional? ¿La eterna pugna entre el pensar racional-científico y el sentir emotivo? ¿La incapacidad por transmitir de forma natural educación sexual a las mujeres?

Sea como fuere, Ogutu lleva en esta obra, el peso de la colonización británica a sus espaldas. Así como la escenografía, bien llevada por la directora June Gachuri, permite a Ogutu desplegarse en diferentes supuestos escénicos, el eurocentrismo impregna todas y cada una de las escenas de forma omnipresente, sin darnos la posibilidad de comprender una nueva interpretación de la sexualidad de la mujer africana, aquí (en África) y ahora (en pleno siglo XXI).

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Investiga y escribe sobre ciudades africanas, derechos humanos y música. Le mueve la creatividad con la que construye futuro la juventud africana en contextos urbanos, especialmente en África del Este. Sus campos de trabajo son el periodismo escrito y radiofónico, la investigación o la gestión cultural. Cofundadora de Wiriko y coordinadora de Seres Urbanos (EL PAÍS), actúa como consultora independiente para entidades del tercer sector y actualmente, es Técnica de Cooperación Internacional en el Ayuntamiento de Girona. Licenciada en Filosofía (UB), posgraduada en Estudios Africanos y Desarrollo (UPF) y máster en Culturas y Desarrollo en África Subsahariana (URV).