Bousso Dramé: un desafío a Francia a través… de la ortografía
De repente Bousso Dramé se ha convertido en un símbolo para los jóvenes africanos. Un símbolo de integridad y de dignidad. El desencadenante de todo este proceso ha sido la victoria de esta joven senegalesa en el concurso de ortografía organizado por el Institut Français de Dakar. Así de simple, así de inocente, así de inocuo. Muy poca gente habría reparado en Dramé por este mérito. Sin embargo, el día que esta brillante joven senegalesa especializada en política y economía internacional decidió renunciar al premio del concurso que había ganado se convirtió en un símbolo.
Mañana, Bousso Dramé debería viajar a Francia para participar en una formación sobre realización de películas documentales en el Centre Albert Schweitzer. Ese era el premio por su virtuosismo en la lengua francesa. Dramé se impuso en abril de este año como campeona de la ortografía gala en Senegal. Sin embargo, todo apunta a que o mucho cambian las cosas o esta joven senegalesa no estará en el avión de Air France cuando la aeronave despegue. Para algunos, Dramé habrá perdido una oportunidad irrepetible de formarse en Francia. Ese es el problema, esa visión paternalista. Para muchos otros, para miles de jóvenes (y no tan jóvenes africanos), esta consultora internacional ha mantenido su dignidad, ha dado un paso al frente y no se ha vendido.
Según explica Dramé, su decisión de renunciar al premio se debe a que “durante las numerosas interacciones, por una parte con ciertos miembros del personal del Institut Français y, por otra parte, con algunos agentes del Consulado de Francia, he tenido que enfrentarme a actitudes y comentarios condescendientes, insidiosos, socarrones y vejatorios. No una vez, ni dos, sino muchas. He intentado, verdaderamente, ignorar estas actitudes, pero el trato execrable que he recibido en el Consulado Francés (el mismo que recibe la mayoría de senegaleses que piden un visado) ha sido la gota que ha colmado el vaso, un vaso que, por otro lado, ya estaba lleno hasta el borde”.
La campeona de ortografía explica esta decisión en una carta abierta que publicó en su perfil de Facebook. “Carta abierta a las autoridades consulares y diplomáticas francesas en Senegal: no, gracias” es el título de un texto que no tiene desperdicio y que exhala un cierto olor a discurso glorioso. Estas líneas, en todo caso, ponen la carne de gallina no por la crudeza, sino al contrario, porque en cada coma hay una lección de dignidad, en cada mayúscula se esconde una envidiable serenidad y después de cada punto hay un ejemplo de una elegancia envidiable. “Un viaje con todos los gastos pagados, aunque sea el más bello y el más encantador del mundo, no merece que mis compatriotas y yo suframos ciertas actitudes por parte del Consulado Francés. Una formación, por muy atractiva que resulte, y Dios sabe que me interesa verdaderamente, no vale la pena de las actitudes que desgraciadamente nos encontramos a gran escala bajo los cielos africanos”, dice Dramé en su carta.
Esta experta en política y economía internacional termina su carta con un deseo de que el concurso que ganó continúe realizándose y con un recuerdo para la administrativa que le atendió en su demanda de visado en la sede diplomática francesa. A esta funcionaria, a pesar de no conocerla le dice simplemente “no, gracias”. Y este final, suena como una auténtica bofetada al orgullo galo.
No es el primer caso, en el que un artista, escritor, experto, profesor, o cualquier otra personalidad de la cultura africana se enfrenta a la maquinaria de la burocracia francesa (y también de otros países europeos) hasta la extenuación. En el caso de Bousso Dramé, como ella misma dice el vaso se ha llenado del todo. Sin embargo, la pérdida que supone renunciar a ese premio, se ve en parte mitigada por los apoyos que la joven ha recibido. En menos de una semana casi 5.000 personas han dado un “Me gusta” a su carta en Facebook. Eso sin contar que medios internacionales de todo tipo se han hecho eco de su acción de protesta simbólica y de la repercusión que ha tenido en otros países africanos (sobre todo, francófonos) como Mali o Burkina Faso. Las felicitaciones le han llegado también a través de Twitter.
Todo este revuelo demuestra que Bousso Dramé ha hecho lo que muchos otros jóvenes africanos íntegros y comprometidos desearían poder hacer en una situación similar. Del mismo modo, la acción de Dramé debería ser una lección para muchos, más allá de las fronteras del continente africano. Como ella misma señala en su carta: “Durante mi corta vida, no he cesado, a pesar de estar abierta al mundo del cual soy ciudadana, de defender mi orgullo de ser negra y africana. Y no hace falta decir que creo firmemente en el futuro radiante de mi querida África”. Que así sea.
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