Un centenar de escritores y escritoras africanas contra la brutalidad policial en Nigeria
Nigeria está viviendo un momento de crisis social tan profunda como no se había visto en las últimas décadas. La protesta contra los desmanes de una unidad policial especial ha subiendo de temperatura con un fenómeno de organización y de movilización que ha permitido que las quejas de diversos colectivos sociales encontrasen un espacio de expresión. Paralelamente, la represión han hecho crecer la indignación y cuando la tensión se encuentra en el momento más alto, un grupo de más de un centenar de escritores y escritoras africanas han querido solidarizarse con el movimiento y mostrar su rechazo a la brutalidad policial que desencadenó de la protesta y que la ha hecho crecer.
Un colectivo de 122 autores y autoras, entre los que leemos los nombres de los creadores más populares y más reconocidos del continente, han firmado una carta abierta que se ha publicado en diferentes medios, desde los portales especializados en literaturas africanas JamesMurua.com y Brittle Paper hasta el magacín de análisis African Arguments, entre otros. En el texto, los escritores fijan claramente su posición: “Como escritores africanos a través de las fronteras, denunciamos en los términos más enérgicos la persecución tiránica y vergonzosa de nigerianos inocentes por parte de agentes del Escuadrón Especial Antirrobo (SARS) de la Policía de Nigeria y el acoso continuo de manifestantes pacíficos en el país”.
La reivindicación de este colectivo de autores se resume directamente en uno de los pasajes de la carta abierta que han firmado: “Como los muertos no pueden clamar justicia, es nuestro deber, como vivos, como escritores y como humanos, exigirla por ellos”. Para reforzar su posición, reclaman la herencia de los más grandes: “Como dijo Chinua Achebe ‘no podemos pisotear la humanidad de los demás sin devaluar la nuestra’”.
La carta insiste una y otra vez en la necesidad de hacer justicia a las víctimas de la brutalidad policial en Nigeria, de que los responsables respondan por sus actos. “La lista de nigerianos inocentes que han sido acosados, encarcelados injustamente, torturados y asesinados extrajudicialmente por agentes del SARS es tan larga como rotunda es la ausencia de justicia para estas víctimas”, dicen los y las firmantes.
El movimiento de protestas que ha acabado aglutinándose bajo la divisa #EndSARS ha ido cambiando sus reivindicaciones. La primera reclamación, evidente, fue el final del comando especial antirrobos (conocido como SARS, por sus siglas en inglés), y cuando el gobierno ordenó la disolución inmediata de la unidad, le recordaron que los abusos policiales no eran patrimonio de ese grupo. Por eso los escritores se han alineado junto a la reclamación de una reforma completa y profunda de las fuerzas policiales: “Observamos que la reforma del sistema policial en Nigeria no estará completa sin justicia para las víctimas de la brutalidad del SARS y la detención, destitución y enjuiciamiento de los agentes declarados culpables de delitos contra los ciudadanos”.
Este colectivo también ha querido poner su posible influencia al servicio de los manifestantes, al reclamar el fin de los ataques contra los participantes en la protesta. “Estas protestas son pacíficas y son la expresión de los derechos fundamentales de los nigerianos, que no deben sufrir amenazas por parte de militares, policías o matones mientras ejercen pacíficamente de sus derechos constitucionales”, dice el texto. Sin embargo, esta carta abierta se escribió antes del episodio más sangriento de esta escalada de protestas, que se produjo ayer mismo, cuando presuntamente, agentes de la policía o miembros del ejército dispararon con fuego real sobre los manifestantes.
No es la primera vez que este colectivo de escritores lanza una reivindicación conjunta. Lo hicieron por última vez, durante el pasado mes de junio cuando quisieron mostrar su apoyo al movimiento Black Lives Matter, con una nómina de firmantes muy similar a la de la carta que se ha publicado actualmente en relación con la crisis nigeriana. En este caso, además, han querido evidenciar su compromiso más allá de un caso concreto: “No toleraremos nuevos atropellos de los derechos fundamentales de nuestros hermanos y hermanas ni en Nigeria, ni en otros lugares del continente por parte de los agentes de seguridad que ha jurado servirlos y protegerlos”.