La Tchame, la nueva rompepistas de Gabón
En Gabón, los ritmos más bailados son el hip hop o el afrobeats, la música nigeriana que ejerce una gran influencia dentro y fuera del continente africano. Esto explica que después de haber quemado las pistas con el Bôlô, el Jazzée, el Ndem, el Affro Mabe y la Zyeute dance los escenarios dejen paso a la Tchame o también conocida como Ntcham. Esta es la danza urbana que los últimos años se ha extendido desde los bares y calles del barrio de Akébé de Libreville, a los distintos espacios cotidianos y festivos del resto del país. Y a ella le dedicamos la pieza de hoy.
La Tchame se crea en 2013, en un escenario político que confronta a diversos sectores de la población:
- A nivel económico, el 20% de la población gabonesa está en paro, cuyo 35% representa los/as jóvenes. Esto lleva a la población a cuestionar la distribución de las ganancias en la venta del petróleo.
- A nivel social, la censura hacia artistas de hip-hop se multiplica y las prometidas reformas en la educación no hacen más que aplazarse.
- Por último, a nivel artístico y cultural, el presidente Ali Bongo, ignorando las danzas urbanas creadas por los y las jóvenes gabonesas durante los últimos años, priorizó apoyar durante el primer Festival Internacional de Libreville danzas extranjeras como la samba brasileña. Dicha elección fue promovida por intereses políticos del gobierno y costó más de 5 mil millones de CFA (7,5 millones de euros) a los/as gabonesas.
La Tchame nace pues, en un contexto crispado sobre todo entre la población juvenil. Así, puede entenderse que en sus orígenes tchame significara «enfrentamiento» o «pelea» en argot juvenil. Es por ello que se trata de una danza que simula gestos de combate, como por ejemplo: patadas, puñetazos, posiciones de defensa y amenazas al ritmo de músicas generalmente lentas. Giggaboy, bailarín gabonés residente en Accra (Ghana), nos explica que en Gabón: «En el proceso de creación, elevar los puños y simular golpear algo fueron los movimientos esenciales para la inspiración del nombre de Tchame».
No obstante, en cuanto a las influencias de los movimientos, el bailarín gabonés nos comenta que: «De hecho, la Tchame teje enlaces y mantiene movimientos enérgicos de base que antes de ser desarrollados, están más cerca de la salsa cubana y del deporte de combate Kick boxing japonés que de otras danzas gabonesas». Lo cual cobra sentido por las relaciones del gobierno gabonés en términos de salud con Cuba que es evidente por la presencia de médicos/as cubanas en el país, y las relaciones de cooperación económica entre Japón y Gabón así como el cada vez más presente cine japonés.
A partir de estas influencias exteriores pero con la elaboración local: «La originalidad se encuentra en los ghettos de las ciudades, en manos de jóvenes sin recursos que no conocemos. Después, artistas que tienen el poder de mediatizarlo se aprenden los pasos y se apoderan de ellos, muchas veces ignorando los nombres originales», nos cuenta Giggaboy expresando su decepción en los procesos de descontextualización. Él defiende que los pasos y las danzas nacidas con una intención concreta en Gabón deben de mantenerse siempre vivas.
Por esta falta de medios, dicho proceso de construcción es silenciado durante un año desde su creación. No es hasta el 2014 que la Tchame se populariza a través del artista gabonés J-Rio llevándola a las pantallas. Se trata de un proceso que repite, pues él también asumió la divulgación del Ndem. El cantante visibiliza los movimientos en el videoclip de «La Mini-Nga» con la actuación de un niño con una expresión muy seria y, pocos meses más tarde, mediante el desafío viral «Ntcham Video Challenge» dónde gaboneses y gabonesas de distintos rincones del mundo bailaban la Tchame.
No obstante, «El movimiento de la Tchame no es demasiado conocido alrededor del mundo. Cabe decir que además está aún en desarrollo, es una danza que puedo afirmar que cada dos o tres meses cambia y evoluciona muy rápidamente por la simple razón que los gaboneses crean movimientos y pasos cada instante. La inspiración es muy fuerte», relata el bailarín residente en Accra mostrando una sonrisa de orgullo.
Esta situación se debe a que, por una parte, muchos/as gaboneses/as de la diáspora, especialmente los/as bailarines/as, no acostumbran a practicar la Tchame como danza completa y variada, sino como un único paso a pegar en coreografías hibridas. Así, la diáspora es cómplice a menudo de la corta vida de las danzas urbanas gabonesas. Por otra parte, esto les lleva a olvidar la constante regeneración de los bailes urbanos, ya que: «las modificaciones se comparten en los bares y las discotecas. De hecho los bares en Gabón han sido siempre los espacios de encuentro de los jóvenes de las calles» declara el bailarín.
Al corriente de las nuevas creaciones, Giggaboy, en representación de una parte de la diáspora gabonesa dedicada a la danza, expresa: «Es cierto que los gaboneses ponen el peso de la promoción de las danzas en la diáspora, y personalmente es por ello que actualmente trabajamos en ello. En Ghana estoy teniendo el placer de compartir con algunos profesionales de la danza la riqueza artística de mi país, y es así como me gustaría seguir para hacer notar la identidad gabonesa entre la efervescencia del Azonto».
Asimismo, con ejemplos como Giggaboy en Ghana y demás profesionales de la danza en otros continentes, los bailes y la identidad artística gabonesa encontrarán un lugar entre las pistas.
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[…] Éste carece de una melodía o bases concretas para poderse practicar, como en el caso de la Tchame, “acostumbramos a bailar indistintamente sobre música hiplife, afrobeats y hip hop”, […]
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