Bí môlê y los hermanos Zamora. Memoria de Annobón y crítica al poder

6ª Edición del Curso Introducción a las expresiones artísticas y culturales del África al sur del Sahara

Por José Manuel Maroto Blanco 

Nacida en la segunda mitad de los años 70, Bí môlê es una de las canciones del disco también llamado Bí môlê y que fue realizado por el grupo Máscara. Compuesto por Armando Zamora Segorbe y sus hermanos Nene y el también escritor y periodista, Paco Zamora, fue editado en 1989 por Ediciones Musicales Twins. El grupo, que comenzó llamándose aún en época colonial española The Black Beatles, pasó a denominarse los Pec Boys (los chicos de Paco); más tarde los Zetas (en relación al primer apellido de la familia, Zamora); en los ochenta, Guinea, con el que firmaron su primer éxito musical –Paquidermo y Somos los conguitos– y que llegó a entrar en la lista de los 40 Principales, para que posteriormente, a finales de esta década, pasara a llamarse Máscara. Bí môlê, cantada íntegramente en la lengua anobonesa, el fá d’ambô, salvo las canciones Ngonda Zole y Tata Nkento en lingala y Small Boy en piching English, fue el resultado del trabajo de creación de muchos años que vio la luz en 1989.

Teniendo como referentes, entre otros, al grupo anobonés Los Dinámicos que ya cantaba en la provincia española ultramarina de Fernando Poo (actual isla de Bioko), el grupo familiar comenzó a actuar en público a una edad muy temprana. De hecho, durante los años sesenta, en la última etapa del colonialismo español en Guinea Ecuatorial, este grupo de hermanos originarios de Annobón realizaron actuaciones en los diversos certámenes musicales que impulsaba la Organización Juvenil Española (OJE), fundamentalmente en fechas señaladas como las fiestas a San Fernando (actual patrón del barrio malabeño de Ela Nguema) o la fiesta de Santa Isabel de Hungría, que se celebra cada 17 de noviembre en la capital guineoecuatoriana.

Durante los setenta, con la llegada al poder de Francisco Macías Nguema, el primer presidente y dictador de la recién nacida Guinea Ecuatorial, la familia Zamora debió abandonar la ciudad de Santa Isabel (actual Malabo), ya que tal y como recuerda el propio Armando Zamora, “mi padre era una persona que no se callaba ni para atrás. Le decían algo y él contestaba duro. Gente de su mismo nivel terminaba siendo engullida por los soldados de Macías. Entonces nos fuimos, agarramos todo los que teníamos, instrumentos musicales, todo. Solo quedó el armazón de la casa”. El mismo año que llegaron a Annobón se declaró una epidemia de cólera que acabó con la mitad de la población isleña y, pese a las llamadas de auxilio al gobierno, Macías denegó la ayuda. Al año siguiente, ante la desesperación de la situación, doce personas se embarcaron en un cayuco enorme (kinyaya) hacia el continente, llegando a Gabón y sin encontrar ningún tipo de ayuda por parte del país vecino.

Este fue el contexto en el que se compuso la canción Mi Bole, un contexto agravado nuevamente por la figura de Macías, que volvió a aparecer en la vida de los annoboneses en 1978, cuando arribó un barco con un destacamento de soldados del régimen “armados hasta los dientes ante un pueblo que tenía los sedales para pescar como el arma más peligrosa”. Este destacamento cometió brutales violaciones en masa y obligó a todos los varones de entre 16 y 40-50 años a un exilio forzado a Malabo para trabajar en las fincas de cacao de la isla de Bioko (antigua Fernando Poo). Entre ellos se encontraba el propio Armando Zamora, que fue testigo de cómo un gobierno exilió a toda una población y la abandonó a su suerte en la capital.

Es por estas razones que Bí môlê surge con un carácter reivindicativo total. La canción establece un paralelismo entre la sociedad anobonesa y la tiranía de Macías y una relación de pareja que se rompe a causa del egoísmo de una de sus partes. El trasfondo de la letra, que nace de esa primera huida de la vivienda familiar en el barrio de Lampert en Malabo, se intensifica con la situación de abandono y aislamiento y con el trato colonial que el propio gobierno de la República de Guinea ejerció contra los anoboneses. La letra, “lo que viene a decir en castellano es: abandóname para que más tarde te diga lo que ha sucedido, abandóname para que más adelante te diga lo que realmente me ha sucedido, abandóname y te diré más adelante lo que nos ha sucedido a los dos. Y tú, que has perdido todo a causa de la revolución, vete a morir, búscate la vida”, en clara alusión al clima de persecución ideológica que se llevó a cabo en la década de los setenta, en la que no ser “revolucionario” a la manera y gustos de Francisco Macías, te convertía en un disidente dentro de un régimen tirano y totalitario.

De nuevo en Malabo, esta canción sólo pudo ser cantada de extranjis, y sólo cuando era posible, ya que el gobierno les quitó absolutamente todo —incluida la guitarra— y no había con qué acompañar el canto. A su llegada a España en 1980, Armando se reunió de nuevo con su hermano Paco y Nene y, pese a que el clima de libertad era mucho mayor, sufrió una cierta censura en algunas de las letras de sus canciones. Un ejemplo de ello es la canción Kumbeleporque en aquel entonces en España mandaba Jordi Pujol. ¿Cómo vais a cantar que no le dejaba (Jordi Pujol) ir a Copito de Nieve al Camp Nou ni montar en bici con la Caballé? Nos dijo el productor. Además, en la parte final aparecían la Ferrusola, Charlie Rexach, etc. todos los símbolos de Cataluña. La canción en fá d’ambô es otra historia. Jordi Pujol era muy decisivo para los partidos de gobierno de aquel entonces y no nos dejaron grabarla en su versión original”.

La censura también tenía que ver con motivos religiosos. La canción Paquidermo (1982) acabó manteniendo el estribillo “Piensas que eres Dios pero haces el amor como un paquidermo” y, si bien se quedó como frase pegadiza, todo el argumento de la obra fue suprimida a petición del productor, que trabajaba para la casa discográfica CBS. Tampoco le dejaron incluir la parte que aludía a los religiosos en la canción Somos los conguitos (1982) que en su versión original rezaba así “Semos los conguitos del África Tropical, comemos banana y algún tití y somos los mejores marcándonos un chachachá y en cualquier ballet montamos el gran cacao. Comemos monitos, bananas y algún tití y si no nos pillan, misioneros al pil-pil”. “Eso no se puede decir, eso hay que cambiarlo”, le decían desde la productora.

Durante los años 80, Nene y Armando aprovecharon su talento musical para financiar sus estudios universitarios en España, cantando por parte de la geografía española, sobre todo en el sur de la Península, siendo la costa malagueña y granadina sus destinos favoritos. Tocaban en los chiringuitos de las playas por encargo llegando a ganar hasta 100.000 pesetas en una fiesta de cumpleaños de un turista holandés. Su cometido era el de hacer la mayor cantidad de dinero posible durante 40-50 días (hasta que la voz de Armando aguantara) para costear las matrículas del siguiente curso académico. En estas actuaciones, o bien ponían su nota particular a canciones famosas, o bien cantaban las que serían parte del siguiente disco Bí môlê (1989).

Si tuviéramos que resumir la carrera musical de los hermanos Zamora, deberíamos empezar destacando su gran sentido de pertenencia a su tierra, Annobón, que ha sufrido de una situación subalterna tras padecer el dominio colonial portugués y español y la marginación de un poder que, desgraciadamente, está corrompido por las élites guineoecuatorianas. Tanto por el uso del fá d’ambô como por la temática de muchas de sus canciones (Viyil hace referencia al lugar en el que se debate y se toman decisiones colectivamente, Oh mama habla de la necesidad de volver a la isla y reconstruirla, etc.), Annobón está de una manera u otra muy presente en sus obras y es una manera de reivindicar la cultura del lugar.

Otra de las ideas fundamentales que rebosa en sus letras es la manera en la que, de manera irónica y provocadora, se caricaturiza el propio discurso colonial occidental lleno de estereotipos y prejuicios, así como el racismo implícito o explícito en ellos. Las alusiones a comerse “misioneros al pil-pil”, “Mujer blanca, babalúuu babalúuu, hacer ñaka ñaka, con parienta de patrón”, “La chica de Malabo tiene brujería y su caldo me ha vuelto loco”, en piching English e inédita, sobre el escándalo de las orgías de Pedro J. Ramírez, así como la canción sobre Copito de Nieve, originario de Guinea Ecuatorial y que, pese a su color de piel vive asfixiado en plena capital catalana son claros ejemplos de ello. Este último tema, además, ha sido recurrente en otras creaciones artísticas de la familia como así atestigua el poema de Paco Zamora “Salvad a Copito” en Desde el Viyil y otras crónicas (2008) o la portada de Cómo ser negro y no morir en Aravaca (1994) del mismo autor.

Portada del libro Cómo ser negro y no morir en Aravaca (1994) de Francisco Zamora Loboch.

Por otro lado, tal y cómo asegura Armando, con su música “querían dejar claro la posibilidad de que las mezclas de estilo africano con pop occidental se podían llevar a cabo y quedaban bien”. También muestran en sus letras otras formas de ver la vida, que si bien no compartían, dejaron constancia como en Small Boy, incluida en el disco Bí môlê (1989. En ella se alude a las relaciones entre mujeres maduras, generalmente fernandinas, con amantes jovencísimos a los que les facilitaban herramientas para poder estudiar a cambio de placeres sexuales. Por último, la trayectoria de este grupo ayuda a romper con ideas preconcebidas dentro del imaginario colectivo español, como es la ausencia de población negra en España hasta la llegada de senegaleses y gambianos a finales de los ochenta o la propia inexistencia de un pasado colonial español en el África Subsahariana, tema que continúa siendo, de una manera u otra, materia reservada. Sin duda, sus canciones son auténticos alegatos de reconocimiento, dignidad y libertad.

 

Bí môlê

Legue’m pê p’em ba wa jô’-xi fê-mu.

Legue’m pê p’em mazna jô-xi xiga a mu

Leguê’m poquê a fà a bo, pé’-mu môlê

 

Bo-xi pêndê já’tud d’jantù revoluçión

bi môlê, bi môlè (bis)

 

Bo-xi pêndê já’tud d’jantù revoluçión

bi môlê, bi môlè (bis)

 

Legue’m pê p’em ba mazna jô’-xi xigà-mu.

Legue’m pê p’em ba suà jô-xi xiga a mu

Leguê’m poquê a fà a bo, pé’-mu môlê

Bo-xi pêndê já’tud d’jantù revoluçión

bi môlê, bi môlè (bis)

Bo-xi pêndê já’tud d’jantù revoluçión

bi môlê, bi môlè (bis)

 

Zôgôbì na sa ngue pà ma fê namẽ’-fa

Limà bôjô’ nanmẽ’ se matà pá’ Quinè

 

Zôgôbì na s’alba pà lomà p’ôgue-fa

Limà bôjô’ nanmẽ’ se matà pá’ Quinè

Xalallap, xalalap, xalap

Wooh, pà bi m’ẽ; ôoh pà bi m’ẽ

Limà bôjô’ nanmèn se matà pá’ Quinè

Nã mos’a, jôlê bi, pa bi têndê[1]

[1] Letra facilitada por Armando Zamora Segorbe, compositor y cantante de la obra Small Boy (1989) y autor de obras como Gramática descriptiva del fá d’ambô (2010) o Breve aproximación a la sociolingüística del Fá d’Ambô en Guinea Ecuatorial (2009). Le agradezco enormemente que haya accedido a mostrarme una parte muy importante y personal de su vida y me ha haya enseñado tanto de Annobón sin haber estado aún, demostrando que Annobón llega haya donde llegue un annobonés.

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