¡A la calle! ¡Es Carnaval! (III): Un ejercicio de nostalgia y recuerdos

“Mil novecientos sesenta e…

Chego a Luanda na terça-feira de Entrudo. Que saudades tenho do Carnaval da minha terra! Os fados destinaram que eu chegasse hoje”.

Portada de una edición portuguesa de Sanzala sem batuque

Portada de una edición portuguesa de Sanzala sem batuque

Así comienza “Carnaval” una de las historias recogidas en la obra Sanzala sem batuque, del escritor angoleño Geraldo Bessa Victor. La desinhibición, la ruptura de los límites o la cuarentena liberadora de las convenciones son, seguramente, algunas de las características tradicionales del periodo de Carnaval. Sin embargo, hay otras dimensiones de esta época, como la que explota Bessa Victor, que emplea el escenario de los carnavales de Luanda como un territorio para la memoria, para la nostalgia y para un ejercicio de introspección y de búsqueda del uno mismo.

El relato cuenta la historia de Mário, un angoleño que regresa a su tierra después de una larga estancia de veinte años en Portugal. El destino quiere que este retorno se produzca, precisamente el martes de Carnaval. El clima que se encuentra en la capital de Angola no hace sino reforzar esa sensación de nostalgia y añoranza. La música, las canciones y el ambiente, en general, favorecen un viaje de Mario hacia el escenario abandonado en ese largo proyecto migratorio. De alguna manera, en este sentido, el Carnaval es apenas una excusa para Bessa Victor una manera de forzar a su personaje a hacer un viaje que le permite tratar algunos de los temas fundamentales en el marco del relato de un migrante.

El autor angoleño, un prolijo escritor que durante todo el siglo XX se convirtió en un referente tanto en poesía como en prosa, ofrece al lector de “Carnaval” una cuidada imagen de la sociedad angoleña, o cuando menos, de la luandesa, desde dos perspectivas diferentes. Por un lado, Bessa Victor muestra la dimensión más costumbrista con la descripción nada parca del Carnaval del país africano. Se trata de un relato con un considerable componente íntimo que supera la pura enumeración de lo que ocurre en las calles para adentrarse sin miedo en la explicación de las sensaciones que produce, del ambiente que se respira y de los sentimientos que despierta.

Por otro lado, el relato de Mario lleva al autor a abordar un esbozo casi sociológico de la Angola de los años sesenta. Al fenómeno migratorio se suman las relaciones entre los habitantes autóctonos y los portugueses, en ese momento, colonizadores. Pero también se ve obligado a abordar dimensiones que puede resultar espinosas como era la realidad entre negros, blancos y mulatos, sus posiciones sociales, sus roles… Todo ello sin adoptar una postura puramente descriptiva.

Quizá el contexto del carnaval permite Bessa Victor enfrentarse sin complejos a una sociedad tan compleja como la de la Luanda de los sesenta en la que se mezcla la tradición africana con las influencias portuguesas, las pretensiones de gran núcleo urbano; los corsés sociales con las relaciones interraciales; los prejuicios sociales con las nuevas ideas de los inmigrantes repatriados; los complicados entramados familiares con los sentimientos más individuales.

Geraldo Bessa Victor. Fuente: Wikimedia

Geraldo Bessa Victor. Fuente: Wikimedia

La preocupación Geraldo Bessa Victor por mostrar la realidad angoleña se pone de manifiesto en su producción de no ficción. A pesar de su larga experiencia portuguesa y de que algunos críticos considera que en muchas de sus obras adoptó la temática de la tradición poética occidental, Bessa Victor publicó en su tiempo (un tiempo nada fácil) diversos ensayos sobre literatura angoleña, pero también sobre el papel de los proverbios, por ejemplo, como muestra de su preocupación por la cultura popular. Esta preocupación entronca perfectamente con el hecho de que en “Carnaval” escoja una fiesta eminentemente popular para exprimir su potencial evocador.

Hay quien se ha aventurado a describir “Carnaval” como una “morna”(a pesar de su carácter caboverdiano) en prosa, por el importante componente de nostalgia. Evidentemente se trata de una consideración más simbólica que en sentido estricto, sin embargo, sí que nos da una idea del tono.

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Ciberactivista, periodista y amante de las letras africanas. Co-fundador de Wiriko. Licenciado en Periodismo (UN), postgraduado en Comunicación de los conflictos y de la paz (UAB) y Máster Euroafricano de Ciencias Sociales del Desarrollo: Culturas y Desarrollo en África (URV). Es coautor del ensayo Redes sociales para el cambio en África (IV Premio de Ensayo Casa África). Sus ámbitos de interés y de estudio son la comunicación, las TIC y la literatura. Responsable de las áreas de Comunicación y de Publicaciones y coordinador de la sección de Letras del Magacín.