Madden: el pincel de la diáspora africana

Aula Wiriko

4ª Edición del Curso Introducción a las expresiones artísticas y culturales del África al sur del Sahara

Por Stefania Blasi

Tamara Natalie Madden es una artista visual contemporánea residente en Atlanta (Estados Unidos), cuyo arte se enfoca en el aspecto espiritual y psicológico de la conciencia negra y su percepción externa. El propósito de sus trabajos es viajar a través del tiempo y del espacio para hacer converger toda la gente de herencia africana, en particular mujeres, en un único sitio, en sus pinturas. Ello para celebrar su belleza y valor.
Su historia artistica empieza después de una dura lucha contra una enfermedad rara. Desde entonces, la artista de orígenes jamaicanos ha decidido dedicarse plenamente al arte, pasión que le ha acompañado durante toda su vida y que le ha ayudado a evadir la realidad y a superar los sufrimientos y los problemas durante el período más difícil de su vida.
Madden creció en condiciones de pobreza en un pequeño pueblo rural de Jamaica, Frankfield y tuvo una infancia feliz al calor de su familia, sus amigos y sus vecinos.

«Gente increíble me rodeaba, incluyendo a mi abuela, que, a pesar de su lucha contra la pobreza y la tensión emocional de su enorme corazón, se ofrecía a cuidar al prójimo. Los vecinos compartían la comida, el agua  y su amor por dios. Siempre me pareció que era increíble, y yo quería que las voces de aquellas personas se oyensen alguna vez.»

Una vez iniciada su carrera de artista en América a una edad más adulta, sus pinturas resultan ya muy influenciadas por las personas que la habían rodeado en su niñez. El espíritu de solidaridad, de supervivencia y la humildad de su pueblo ha marcado profundamente a Madden, convirtiéndose en motivo de inspiración para todas sus obras.
La primera fase de su recorrido artístico, Salvation and Inspiration, está caracterizada por la representación de personas que le recuerdan su experiencia jamaicana, personas comunes, valientes con muchos méritos pero que, sin embargo, nadie tiene en cuenta: ignorados y ninguneados por el resto. La artista comenta que pintarlos significa rendir homenaje a esa gente, para que se les empiece a mirar de manera diferente y se preste atención a sus cualidades, a su personalidad, y no sólo a su apariencia.
Su segunda fase atraviesa una transición creativa bajo la influencia de dos mentores importantes, Charly Palmer y Kevin A. Williams (WAK). En esta etapa sus dotes artísticas mejoran notablemente y se van perfeccionando. Madden sigue pintando gente común, pero intenta impregnarlas de declaraciones políticas y de crítica social.
Finding me es la tercera fase, delineada por una fuerte voluntad de descubrirse a ella misma. Empieza entonces un viaje hacia el interior, una mirada al pasado que la lleva al patchwork, una pieza tejida uniendo fragmentos de diferentes telas. Esta técnica de la artesanía textil tiene una larga tradición en la cultura afroamericana y caribeña. Decide así de utilizarla en sus pinturas para dotarlas de más personalidad y vitalidad, y reconducirlas a su herencia africana; es justo en esta etapa que se ven las primeras pruebas.


A pesar de su esfuerzo para poner en valor a los descendientes africanos de su tierra de origen, Madden nota que su arte no ha cambiado la percepción que se tienen de ellos. Por ello pasa por una profunda “depresión artística” que le impedirá pintar durante algunos meses. La revelación se presenta por sorpresa: hay que representarlos de manera diferente, para que la gente les preste atención, y se interesen en su aspecto particular e inusual.
Los invisibles y desconocidos empiezan entonces a transformarse, convertiéndose en reyes y reinas. La belleza y la realeza interior se muestran en la ropa que llevan compuesta por tejidos raros y lujosos, y siempre adornados con mitológicas coronas de oro, emblema de su grandeza espiritual. El orgullo africano se revela en la exaltación de la piel color ébano, de los labios carnosos y los cuellos espigados. Los colores, que recuerdan un poco las pinturas tradicionales africanas y que tienen una evidente influencia del arte klimtiano, son brillantes y vivos. Se utilizan también hojas de oro, tejidos de seda y estampados llamativos.
Otro elemento clave son los pájaros multicolores que acompañan a sus figuras: símbolo de la libertad y de la esperanza tras la larga enfermedad.
De esta manera, en el 2007, nace Kings and Queens, un nuevo proyecto que tiene como objetivo el de resaltar al máximo la figura de los negros, para hacerles sentir hermosos e importantes, orgullosos de unos rasgos heredados directamente del continente africano. Introduciendo sus personajes en una nueva realidad fantástica, el único propósito es el de distinguirlos y rescatarlos del olvido y de la invisibilidad, para que sean vistos y apreciados.
El arte de Madden es una verdadera lucha para la reivindicación de la figura y la esencia africana, que sigue siendo subestimada y desvalorizada a menudo en una realidad en que se está perdiendo cada vez más la capacidad de apreciar los detalles, las pequeñas cosas y las cualidades realmentes importantes en la vida.
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Wiriko nació en 2012 como asociación cultural para la divulgación y promoción de las artes y culturas africanas. Wiriko.org, su principal proyecto, es el primer Magacín 100% dedicado a las Artes y las Culturas Africanas del Sur del Sáhara en lengua castellana. Una ventana para dar a conocer las realidades culturales contemporáneas de África y una plataforma para acabar con su desconocimiento y estereotipos. Como herramienta colaborativa para la interconexión y la cooperación cultural, impulsa un África muy distinta a la de los cuatro jinetes del Apocalipsis (guerra, hambre, pobreza y destrucción), y fomenta una visión más realista de lo que se produce, a día de hoy, en el continente africano.