Carmen Souza: «La música lusófona está muy conectada al comercio de esclavos»

Carmen Souza y Theo Pascal vuelven a la carretera con Creology, doce historias musicalizadas en las que no falta el jazz, seña de identidad de la pareja artística. El nuevo trabajo bebe del proyecto African Railway donde Souza y Pascal se unen con el percusionista mozambiqueño Elias Kacomanolis para recorrer musicalmente las antiguas colonias portuguesas en África. Wiriko ha hablado con ellos en Londres y Barcelona, aprovechando la gira de presentación de su nuevo álbum.

Creology tiene varios significados; uno lingüístico, que es el estudio de las lenguas criollas, y otro filosófico que viene de la palabra crear, pero con el razonamiento del logos griego. También tiene relación con mezclar influencias nuevas con tradiciones antiguas, algo que para nosotros es muy importante”, explica la lisboeta de ascendencia caboverdiana Carmen Souza.

Tras el “jazz orgánico” de su anterior trabajo EPÍSTOLA, Souza y Pascal recuperan los sonidos de las rutas esclavistas que partieron de Cabo Verde hacia Brasil, Cuba o Nueva Orleans. “El disco es viaje transatlántico. La representación de los barcos realizando una travesía y cargando todo el bagaje cultural con ellos”, describe Souza. Para el bajista Theo Pascal, quien descubrió a Carmen en una audición y desde entonces ha trabajado con ella, Creology es una búsqueda de raíces sonoras y una excusa para seguir descubriéndose musicalmente.

En este recorrido histórico de Souza y Pascal nos muestran en un itinerario improvisado y sin presiones. “No nos gusta planear mucho [a la hora de grabar un disco]. No traemos veinte canciones sino lo necesario. Además tener una mezcla de tantas alternativas sonoras es un desafío”, dice el bajista Pascal que como de costumbre también ha producido el nuevo álbum de la cantante.

Y por eso es una batalla perdida catalogar los temas de Creology. Según la discográfica, el álbum recoge estilos característicos de Cabo Verde, Mozambique y Angola pero lo que parece marrabenta realmente no lo es. O la coladeira no sigue el tempo estándar. Un hecho que confunde en ocasiones pero que invita a olvidar los corsés.

No nos gustan las fórmulas y tener respuestas para todo. No nos gusta asentarnos. Es el octavo álbum y es una nueva experiencia porque estábamos tocando música completamente diferente, con más improvisación y una instrumentalización y temas muy distintos. Ahora somos un trio y también exploramos el silencio dando valor a cada nota”, dice Souza. Y apunta Pascal: “Hay que dejar que la música fluya e improvisar, si no es mejor que pongas el CD. En Cabo Verde no les gusta ya que son muy estrictos con sus estilos musicales pero no hemos tenido problema cuando hemos tocado allí. El problema lo tiene el batería que encuentra difícil acostumbrarse a una instrumentalización diferente”.

Esta idea no es ninguna provocación sino una manera de satisfacer la adicción musical de esta pareja que convierten lo simple en complicado y viceversa. Como en todos sus trabajos, sus influencias musicales se funden con el jazz y las composiciones se llenan de matices que siempre fuerzan a los oyentes a dar un paso más. Una diferenciación que los hace imprevisibles en directo. “Nosotros tratamos de traer algo especial y diferente. Donde se cree una conexión pero que no haya muchas referencias interpuestas”, dice Pascal quien mira y señala alrededor de la librería donde tiene lugar la entrevista con Wiriko. “Intentamos no ser como muchos estos libros que tienen distintas portadas pero una vez que lees sus páginas ves que todo es lo mismo”.

Souza y Pascal trabajan artesanalmente. Se dejan llevar y en ocasiones no se sabe muy bien qué esperar. “Pensamos en un estilo o ritmo pero después vemos que lo hemos cambiado. Los temas nacen espontáneamente y no decidimos de antemano una letra o música. Nuestra música surge de muchas maneras: de conversaciones, de la espiritualidad y hasta de la luz inexistente de Londres”, dice Carmen sonriendo. Y reconoce Pascal que el primer sencillo de Creology surgió durante una prueba de sonido en la anterior gira donde necesitaron tomar un descanso de probar siempre lo mismo.

Porque la vida es corta y hay que atreverse. Carmen Souza y Theo Pascal buscan esas profundidades sonoras y siguen el proceso de criollización de los oídos occidentales. Esa es su manera de ver la música y encontrar la alegría interna. Ligria.

 

* En este artículo ha participado Natàlia López, colaboradora de Wiriko, gracias a una entrevista realizada a Carmen Souza en su última visita a Barcelona, como apoyo a la entrevista que el autor (Javi Domínguez) le hizo a la cantante en Londres. 

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Javier Domínguez

Licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla y periodista freelance asentado en Sevilla. Ha vivido en Chile, Malawi y el Reino Unido y colabora con varios medios como El País, eldiario.es y El Salto. Escribe sobre temas de actualidad, cultura, desarrollo sostenible, derechos humanos, viajes y gastronomía.