Sokari Douglas Camp, artista de acero

5ª Edición del Curso Introducción a las expresiones artísticas y culturales del África al sur del Sahara

Por Raquel Monteagudo Jimeno

La escultora Sokari Douglas Camp junto a sus obras de acero (2012). Fotografía: museumgeographies.wordpress.com

La prestigiosa escultora Sokari Douglas Camp nació en 1958 en Buguma, localidad situada entre las bifurcaciones del río Níger antes de que sus aguas mueran en el océano. Su ciudad de origen es la capital cultural de las 23 islas en las que se habita el grupo étnico Kalabari, ubicado en la región occidental del Delta del Níger.

Siendo todavía niña se trasladó a Gran Bretaña, comenzando su andadura artística desde muy joven. Comenzó inicialmente como pintora, pero con doce años concluyó que no era su medio. Así, reorientó su creación iniciando su romance con la soldadura. La disciplina escultórica le fascina por su versatilidad a la hora de construir desde las cosas más pequeñas hasta piezas masivas a gran escala.
Inició su educación artística formal en 1979 en Oakland, pero se mudó a Londres donde se graduó en 1983 en el Central School of Art and Design. En la misma ciudad obtuvo en 1986 su titulación de máster en el prestigioso Royal College of Art.

Actualmente vive y trabaja al sur de la capital británica, formando parte de los artistas de la diáspora. Desde esta ciudad, que significa para ella expresión libre, ha pivotado para exhibir su obra por Europa, Japón, Estados Unidos o Nueva Zelanda.

Otobo (Hippo) masquerade (1995). Fotografía: britishmuseum.org.

Sokari tiene presencia en subastas, galerías y museos de todo el mundo, y son más de cuarenta las exposiciones individuales realizadas. Su prestigio internacional también se percibe mediante los numerosos premios recibidos, como es la distinción recibida en 2005 como Comandante de la Orden del Imperio Británico (CBE), en reconocimiento los servicios prestados a las artes.

En su obra combina gran cantidad de materiales tales como madera, tela metálica, bronce, acrílico, esmaltes, plásticos, barriles de petróleo, láminas de oro y cobre, aluminio e incluso materiales orgánicos como tallos de palmera. Sin embargo, no cabe duda de que el predilecto entre todos ellos es el acero.

Esta es solo una muestra del carácter rupturista de Sokari. A pesar de la fuerte presencia de la cultura Kalabari en su producción, ha quebrantado ciertas normas de su pueblo de origen que restringen el campo de actuación femenino. La participación activa en las representaciones de máscaras y la profesión de escultor corresponden por tradición a los hombres. Sin embargo, Sokari Douglas Camp, desde la diáspora, ha sabido dominar la técnica con creces.
Todo ello nos da idea de los grandes impedimentos con los que se encuentra una mujer nigeriana para florecer como artista, a pesar del creciente reconocimiento femenino en el panorama creativo post-colonial. Resulta un hecho esclarecedor la poca asiduidad con la que Sokari ha regresado a su ciudad natal. Y es el peligro que podría entrañar un viaje así para la misma.

La artista trabaja frecuentemente recortando sus diseños en láminas de metal que dan lugar a obras esencialmente figurativas. Juega con negativos, dejando que el espectador reconstruya las partes omitidas de las elegantes e ingrávidas esculturas.

Especialmente en sus inicios profesionales se centró en los espectáculos de máscaras, de suma relevancia en Kalabari y que Sokari ha experimentado de forma directa. Por ello, trata de borrar la concepción estática que se tiene en Europa de las máscaras. Esta lucha contra la actual representación de África en Occidente tendrá continuidad a lo largo de toda su producción. Sus esculturas llenas de vida reflejan el movimiento que caracteriza las actuaciones, donde las formas humanas vestidas con atuendos ceremoniales llenos de color se transforman en divinidades.

Asoebi (2005). Acero pulverizado y fuente de agua. Fotografía: stuxgallery.com.

Las telas, especialmente para las mujeres Kalabari, son preciados recuerdos familiares. Existe una gran preocupación la selección de las mismas para cada evento, desde nacimientos, graduaciones, matrimonios o funerales, variando en función de la edad e importancia del usuario. Se utilizan no solo como atavío personal, sino también como ropa de cama, para cubrir habitaciones o a los difuntos, incluso dicha tela es exhibida en conmemoración del fallecido. Esta herencia se percibe en muchas de las figuras de la escultora, envueltas en múltiples capas de tela. Su atracción vernácula por las distintas formas y cualidades táctiles de los textiles será una constante en su obra.

Sokari Douglas, al igual que otros artistas post-coloniales, refleja la sociedad que vive en toda su variedad. Londres le ha permitido plasmar en sus creaciones el lugar del que proviene, impregnando con sus raíces su producción artística. Sin embargo, de forma progresiva, la mirada de Sokari se ha ido deteniendo más cerca, comenzando a fijarse también en el devenir de la capital inglesa. Se percató del volumen de compatriotas que visitaban Londres fugazmente para ir de compras, ataviados elegantemente conforme los cánones de su país. Representando esta actividad creó Nigerian Woman shopping (1990), cuya estética se ambienta entre los años 80 y 90.

Paulatinamente sus proyectos fueron empapando de la  actualidad sociopolítica, tratando temas como la contaminación en el Delta del Níger por la explotación petrolera, la crisis del Ébola o el legado de la trata de esclavos.

Ejemplo de ello es All the World is now Richer (2012), una escultura global de carácter simbólico que conmemora la abolición de la esclavitud trasatlántica. Una de sus esculturas más aclamadas es Battle Bus: Living Memorial for Ken Saro‐Wiwa (2006). Está dedicada al activista y escritor Ken Saro-Wiwa y sus ocho compañeros Ogoni, procedentes del Delta del Níger. Todos ellos fueron ejecutados en 1995 por el Estado nigeriano. La causa fueron sus campañas protesta hacia la devastación provocada por compañías petroleras como Shell o Chevron.

Esta gran escultura de acero es una réplica a escala de un autobús nigeriano, con la que Sokari evidencia su vertiente más reivindicativa, aunque «de buena fe y como una herramienta educacional»1. La obra viajó por toda Gran Bretaña con un mensaje grabado en sendos lados, concienciando sobre el desastre ecológico: «Acuso a las compañías petroleras de practicar un genocidio contra los Ogoni». Battle Bus fue enviado como regalo a Nigeria tras el largo tour británico. Sin embargo este fue detenido en la aduana y su acceso al país fue denegado. A día de hoy en las redes se sigue pidiendo difusión y donaciones por la causa para que finalmente la obra llegue al pueblo Ogoni.

Otra de sus obras conmemorativas más relevantes es Church Ede, memorial realizado a su padre, que falleció en 1984. En ella integra creativamente las tecnologías artísticas contemporáneas, creando esculturas cinéticas que incorporan el movimiento en la figura mediante motores. En este caso, dos dolientes que flanquean la cama central agitan un pañuelo de despedida, aludiendo a la energía vital de su padre tras la muerte.

En los últimos años ha incorporado nuevas fuentes para sus creaciones basadas en la Historia europea. De hecho, en algunas de sus más recientes producciones está realizando distintas reinterpretaciones del Renacimiento italiano. Le han servido como inspiración pintores como Boticelli, que ha sido la base de obras como Blind Love and Grace (2016) o Primavera (2015). En esta realiza un ejercicio pleno de referencias transculturales. Entre las flores que cubren a la protagonista introduce objetos como coches de juguete, que pudieran aludir a sus inquietudes ecológicas y lanzar una crítica al materialismo, al exceso y escasez. Otra referencia contemporánea es la de Miguel Ángel y su Capilla Sixtina, que subyace bajo God’s Children/God’s Gift (2017).

Como conclusión, la obra de Sokari como hija de su tiempo comenzó siendo estimada en un museo etnográfico para pasar a ser un ejemplo primordial de emergencia internacional del arte contemporáneo de África. Quedamos a la espera de nuevas soldaduras que sigan refrendando su importancia como artista.

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