La literatura africana gana en el PEN International New Voices Award
El PEN Internacional (la organización que agrupa escritores de todo el mundo) nos ha permitido descubrir a una nueva promesa de la literatura africana. Lo ha hecho a través de la organización de la primera edición del New Voices Award (Premio Nuevas Voces) que se falló durante el pasado mes de septiembre. El ganador ha sido precisamente un autor africano, se trata del joven sudafricano de 27 años Masanda Ntshanga.
La voluntad de descubrir nuevos talentos estaba perfectamente clara en el espíritu del premio, como señalaba Laura McVeigh, directora ejecutiva de PEN Internaiconal: “En cada generación literaria el talento encuentra la manera de sobresalir, pero el premio Nuevas Voces espera acelerar este proceso resaltando el trabajo de aquellos escritores que aún no han sido publicados”. La organización, que vela especialmente por la difusión de la literatura y la defensa de la libertad de expresión (sobre todo, en lo que se refiere a la producción literaria), pretendía aportar con esta convocatoria su grano de arena a la apertura de las puertas de la industria editorial a escritores noveles.
El hecho de que en la primera edición de este premio, el galardonado haya sido un autor africano muestra el buen momento que vive la literatura del continente y hace pensar en que en condiciones de igualdad los literatos del continente negro tienen mucho que decir. La dinámica del premio ponía en pie de igualdad a las delegaciones nacionales de la organización, ellos mismos eran los que proponían los autores a la competencia global. El PEN Internacional tiene satélites en 87 países. Curiosamente, también, de los seis miembros del jurado, dos eran africanos. Se trataba de la editora nigeriana Bibi Bakare-Yusuf y el escritor congolés Alain Mabanckou.
“Space” ha sido el aplaudido relato de Ntshanga, licenciado en filología inglesa de la Universidad de Ciudad del Cabo (University of Cape Town – UCT). La narración cuenta la historia de un grupo de adolescentes o más bien niños de Bhisho. En unas declaraciones publicadas en la web sudafricana DispatchOnline, el autor asegura que se trata de “una historia sobre la transición”, algo así como un cambio de edad y de status social. Por decirlo de alguna manera, y recurriendo al tópico, es un relato sobre la pérdida de la inocencia infantil.
La presencia de un hombre extraño, las miserias familiares que sólo se entrevén, las travesuras de los niños, el aburrimiento del colegio, el despertar a la sexualidad y las relaciones amistosas son algunos de los elementos que se perfilan en este relato corto. Ntshanga mezcla en un lenguaje sencillo y un estilo directo, la imaginación propia de la infancia con la realidad social más cruda. Sin embargo, esa realidad parece mucho menos cruda, más natural vista desde los ojos de un niño, sin adornos y sin aspavientos.
“Space”, en todo caso, deja una cierta sensación de parcialidad, de algo incompleto, de un primer bocado; quizá, en parte, buscado por el propio autor. De todos modos, el protagonista, sus compañeros y el misterioso hombre de la narración podrían, perfectamente, protagonizar un relato en el que se desarrollasen con más calma sus evoluciones hacia la adolescencia.
Ntshanga llegó a la última fase de la selección junto a Claire Battershill, la representante del PEN Canadá, y José Pablo Salas, propuesto por el PEN Méxicoy cuyo relato fue traducido al inglés para su valoración por Jennie Rothwell. Por esta competencia, el escritor sudafricano se ha hecho acreedor, con el New Voices Award, de un premio de 1.000 dólares en metálico y la publicación del relato, junto a una selección del jurado, en la revista del PEN Internacional. De momento, “Space” se puede leer a través de este enlace.