El tridente afroasiático: Sushi, Kimono & Manga

Kimonos de Wafrica, una colaboración entre Serge Mouangue y Kururi.

Kimonos de Wafrica, una colaboración entre Serge Mouangue y Kururi.

Mucho se ha hablado de las mutaciones culturales afroamericanas y las raíces africanas de América. Múltiples veces hemos podido observar los productos de los intercambios atlánticos y los préstamos de ida y vuelta en el continente negro. Últimamente también empezamos a incluir en nuestros diccionarios palabras como ‘afropeo’ o ‘euroafricano’. Pero a pesar de la larga historia que los une, el comercio realizado entre las costas este-africanas, Oriente y Asia no suele incluirse en el mapa eurocéntrico de las relaciones internacionales del continente negro. Si bien, a veces con mirada recelosa, se tacha la presencia China en África de neocolonialismo, la huella asiática en el continente va mucho más allá de las relaciones Sur-Sur que se vienen desarrollando en las últimas dos décadas. A parte de los gigantes China e India, Japón lleva muchos años presente en África como una de sus prioridades en política exterior.

Más allá de la exportación de alta tecnología, coches, barcos o maquinaria, la presencia nipona en el continente ha hecho arraigar, sin quererlo, algunas de sus preferencias culinarias o modas propias en algunas partes de África. A la inversa, la presencia africana en la tierra del Sol naciente ha producido giros estéticos insospechados que poco o nada tienen que ver con el petróleo, el gas o los metales en los que centran sus miradas los embajadores, empresarios y políticos reunidos bienalmente en la Conferencia Internacional sobre el Desarrollo Africano de Tokio. Por ello, hoy queremos presentaros tres de las manifestaciones culturales más sorprendentes del universo afroasiático, tres ideas de éxito corporativo: el Sushi, el Kimono y el Manga de aroma tropical.

Empezamos por el campo culinario siguiendo el proverbio malgache: “sea cual sea la comida que tenemos, la compartiremos aunque solo sea una langosta”. Y es que, por raro que parezca, los rollitos de Sushi vienen pegando fuerte en algunas capitales africanas. Si bien es cierto que, a menudo, el wasabi y la salsa de soja son substituidos por productos locales como el sempiterno bote de Maggi o el picante Piri-Piri; los Makis, los Nagiris o el Sashimi han encontrado su mercado entre las élites de Johannesburgo, Dakar o Lagos, cuyos exigentes paladares hallan en el manjar japonés una de sus preferencias gastronómicas. Esto ha dado cabida a negocios como el que Pierre Thiam ha emprendido en Senegal, pero a su vez, también ha generado el rechazo de voces críticas como la que en 2003 levantó el cineasta sudafricano Dean Blumberg con su corto Black Sushi, ilustrando la exclusión social de los negros en un negocio prácticamente monopolizado por manos extranjeras.

Uno de los diseños para Wafrica.

Uno de los diseños para Wafrica.

Si le seguimos la pista al cóctel cultural afronipón, nos damos de bruces con un maridaje perfecto: el del diseñador camerunés establecido en Tokio Serge Mouangoue (1973) y la marca japonesa de kimonos Kururi. Esta unión cristaliza en la marca Wafrica, una iniciativa que trabaja la tradición del icónico kimono con telas de algodón wax africanas para crear un tercer estadio estético que trasciende los dos universos. En países como Nigeria, esta hibridación ha sido vista como una extravagancia apetecible. Sin embargo en Japón, donde el kimono había caído en las últimas décadas en desuso por la juventud, se ha convertido en un soplo de aire fresco y en una alabanza a la modernidad más global.

Serge Mouangue, en la iniciativa TED de enero de 2012, explicó lo que para él son las similitudes y divergencias entre las sociedades africanas y la sociedad nipona, profundizando en sus experiencias como africano en una cultura ajena o mostrando las líneas que se siguen para el diseño de ropa en África y en Japón. Así, el artista narra como llegó a la creación de ese tercer estadio, encontrando la comodidad de las semblanzas más que el choque de concepciones opuestas, y mostrando la cartografía para conocer la nueva filosofía que él mismo ha sintetizado en torno a la marca Wafrica.

Y no es de extrañar que, viendo la permeabilidad de algunas de las más arraigadas manifestaciones culturales del Japón, otro de los grandes reclamos artísticos de la isla se haya convertido en estandarte para algunos creadores emergente del continente africano. Hablamos del arte del cómic japonés o para ser más explícitos, del estilo Manga. El zimbabuense Tafara Mashingaidze y la sudafricana Michaela Howse son el claro ejemplo de la plasticidad de una de las artes más exportables fuera del archipélago asiático. Su proyecto African Manga está basado en la creación de pequeñas esculturas que reproducen escenas cotidianas de las sociedades del África del Sur. Aunque la semilla para que las esculturas tomen vida propia en algún proyecto de animación digital está plantada, parece que tendremos que esperar para ver proliferar este proyecto que nos acerca un poco más a este mundo, aun poco conocido, de las producciones afroasiáticas.

african manga 1

african manga 2

african manga 3

african manga 4

african manga 5

 

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Investiga y escribe sobre ciudades africanas, derechos humanos y música. Le mueve la creatividad con la que construye futuro la juventud africana en contextos urbanos, especialmente en África del Este. Sus campos de trabajo son el periodismo escrito y radiofónico, la investigación o la gestión cultural. Cofundadora de Wiriko y coordinadora de Seres Urbanos (EL PAÍS), actúa como consultora independiente para entidades del tercer sector y actualmente, es Técnica de Cooperación Internacional en el Ayuntamiento de Girona. Licenciada en Filosofía (UB), posgraduada en Estudios Africanos y Desarrollo (UPF) y máster en Culturas y Desarrollo en África Subsahariana (URV).