Los premios literarios que vienen

En las últimas semanas hemos estado especialmente pendientes de las pantallas en busca de los autores y las autoras africanas que están aprovechando estos meses de incertidumbre y confinamiento para relacionarse con su público. Hemos estado particularmente interesados en aprovechar esas oportunidades poco habituales de verlos y escucharlas en directo, de compartir sus experiencias y sus inquietudes, sus motivos para escribir y sus gustos por otros autores. Y mientras hacíamos eso, casi sin darnos cuenta, se nos ha venido encima un aluvión de listas de premios, de esas que anuncian nóminas de finalistas y que más allá de las sistemáticas polémicas nos ayudan a ver a las escritoras que se están haciendo un hueco y a los escritores poco conocidos que empiezan a conseguir reconocimiento.

El ejemplo más evidente es el del Caine Prize, este año por primera vez AKO Caine Prize, que en los últimos años ha aparecido envuelto en polémicas, pero que también ha dado espacio a voces que se han ido consolidando. Este premio no es, ni mucho menos, un descubridor de diamantes en bruto, fundamentalmente porque premia obras ya publicadas, pero sí que nos ayuda a acercarnos a autores que están consiguiendo fraguarse un nombre. Y, al margen de la polémica sobre el perfil de los premiados, viendo la lista de los galardonados de los últimos años, es difícil negar al jurado la capacidad para detectar voces interesante. No en vano, la última ganadora ha sido Lesley Nneka Arimah.

La lista de los cinco finalistas está formada por Erica Sugo Anyadike (Tanzania), Chikodili Emelumadu (Nigeria y Reino Unido), Jowhor Ile (Nigeria), Rémy Ngamije (Ruanda y Namibia) e Irenosen Okojie (Nigeria y Reino Unido). Esta lista tiene algunas características particulares. Como señalaba el portal de literatura africana BrittlePaper, en los últimos años, el premio había ido derivando hacia una especie de galardón para autores noveles, que no habían publicado todavía su primera novela. Pero en la presente edición parece haber recuperado el sentido que se le imprimió en un primer momento “reconocer a escritores africanos que aportan innovación a las narraciones”. De esta manera, aunque Chikodili Emelumadu es la única que repite en una lista de finalistas de este mismo certamen, el resto han recibido ya diferentes tipos de reconocimientos. Otros tres, ya tienen experiencia en novela, es el caso de Jowhor Ile, que en 2016 recibió el prestigioso premio Etisalat, de Irenosen Okojie y de Rémy Ngamije. De hecho, la quinta seleccionada, Erica Sugo Anyadike, ya ha recibido la atención de otros prestigiosos jurados, como el del Commonwealth Short Story Prize, del que ha sido finalista. Las cinco historias se pueden leer aquí.

La nigeriana Chikodili Emelumadu, de hecho repite en otra de las listas aparecidas en las últimas semanas, la de los Nommo Awards de ficción especulativa para autores africanos. En las categorías de novela, novela breve, cuento y novela gráfica, esta convocatoria promueve y reconoce la producción de un género que cada vez tiene más éxito entre los autores de origen africanos y más aceptación en la industria editorial global, el de la ficción especulativa. Estas listas de finalistas anunciadas recientemente y que contienen a los ganadores que se anunciarán a partir de septiembre, ofrecen una veintena de nombres a los que será interesante seguir la pista.

También se ha anunciado la primera lista de seleccionados del K&L Prize, que precisamente busca obras de “afrofuturismo”, y que ha avanzado una primera nómina de diez aspirantes.

La escritora Bernardine Evaristo, autora de Girl, Woman, Other.

Y las literaturas africanas también se han abierto paso en la lista de finalistas del Glass Bell Award, un certamen impulsado por la librería londinense Goldsboro Books, que no está orientado particularmente a autores del continente. Sin embargo, entre los seis preseleccionados, se encuentran Bernardine Evaristo y Oyinkan Braithwaite. La primera es la escritora británica de padre nigeriano que se ha ido consolidando como el referente de la diáspora nigeriana en el Reino Unido, y la segunda es una de las voces que con más fuerza ha irrumpido en el panorama literario de los últimos años.

La escritora Oyinkan Braithwaite, autora de Mi hermana asesina en serie

De esta manera se produce una especie de duelo entre una autora enormemente reconocida y con una larga trayectoria y una fulgurante promesa que ya ha conquistado a la industria, a la crítica y a grandes bolsas de lectores. Se reedita además un duelo que ya se produjo en la primera lista de seleccionados del Booker Prize, uno de los más prestigiosos en lengua inglesa. En aquella ocasión, sorprendentemente Braithwaite se coló en una nómina en la que además de Evaristo, y el del también nigeriano Chingozi Obioma, había nombres con tanto eco como el de Margaret Atwood o Salman Rushdie. En aquella ocasión Evaristo, junto a Atwood recibieron el premio.

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Ciberactivista, periodista y amante de las letras africanas. Co-fundador de Wiriko. Licenciado en Periodismo (UN), postgraduado en Comunicación de los conflictos y de la paz (UAB) y Máster Euroafricano de Ciencias Sociales del Desarrollo: Culturas y Desarrollo en África (URV). Es coautor del ensayo Redes sociales para el cambio en África (IV Premio de Ensayo Casa África). Sus ámbitos de interés y de estudio son la comunicación, las TIC y la literatura. Responsable de las áreas de Comunicación y de Publicaciones y coordinador de la sección de Letras del Magacín.