Black to the future (IV): Collages y texturas que emergen de África

Afrogalactic Dream Factory

Afrogalactic Dream Factory. Foto: Vanessa Anaya

¿Es patrimonio occidental el movimiento estético que mira hacia el futuro? Después una semana intensa en la que hemos entrado de lleno a analizar el impacto del “afrofuturismo” en las artes africanas, podemos quizá ir construyendo una opinión  más fundamentada que responda a esta pregunta.  Claramente África mira hacia el futuro, sin olvidarse de su pasado y mostrándolo en su presente. La keniana Wanuri Kahiu directora de la obra de ciencia ficción Pumzi, lo explica alto y claro: “el afrofuturismo en África está creciendo porque la voz del continente ha sido durante tanto tiempo acallada —y aún en el presente—, que es necesario buscar una proyección en el futuro”. Algo así como una manera de buscar un espacio —en el futuro— que a lo largo de la historia le ha sido negada.

La pregunta de si África está preparada para la ciencia ficción es muy acertada en este debate. La respuesta, bajo mi punto de vista, es que sí. Lo está para su propia ciencia ficción, en la cual incorpora elementos externos, introduciéndolos a su imaginario y a su realidad. Eso es precisamente lo que han hecho una gran parte de artistas africanos que han navegado por este mundo de fantasía y de ficción. El afrofuturismo como movimiento cultural y estético tiene su origen en la diáspora afroamericana como hemos visto anteriormente. Mark Dery en su ensayo Flame Wars, que aborda desde una perspectiva de la cibercultura y la tecnocultura, define el término afrofuturismo como “una ficción especulativa que trata temas afroamericanos y aborda las preocupaciones afroamericanas en el contexto de la tecnocultura del siglo XX y, en general, el significado afroamericano que se apropia de las imágenes de la tecnología y un futuro mejor. Podría, a falta de un término mejor, ser llamado Afro-futurismo.

Kodwo Eshun, autor del artículo Further Considerations on Afrofuturism (2003) también hace una aportación y sostiene que “el afrofuturismo, se refiere entonces a las posibilidades de intervención dentro de la dimensión de la predicción, lo proyectado, la profético, lo previsto, lo virtual, lo anticipatorio y el futuro condicional. Esto implica el análisis de tres distintas pero confluyentes esferas parciales: en primer lugar el mundo de las simulaciones matemáticas, en segundo lugar, el mundo de descripciones informales, y en tercer lugar, como Gilroy (2001) señala en Between Camps, la articulación de los futuros dentro de las formas cotidianas de la corriente principal de la expresión vernácula negra”.

En este proceso y en esta emergencia, África no se queda fuera. Ya sea porque encontramos manifestaciones artísticas afrofuturistas en la actualidad o porque sencillamente algunas sociedades africanas muestran algunos de sus elementos en su cosmología. Una vez más, Wanuri Kahiu afirma que no podemos olvidar que África ha estado siempre muy vinculada a un intenso mundo espiritual que se manifiesta día y día y que claramente se refleja en la obra de algunos artistas.

Representaciones Dogón que aluden a la imagen del anfibio

Representaciones Dogón que aluden a la imagen del anfibio

[message_box type=»note» icon=»yes» close=»Close»]Wanuri Kahiu alude a la cosmología Dogón (Mali) y sus dioses anfibios, los Nommo, que llegaron en su barco volador. El antropólogo francés Marcel Griaule que estudió durante 25 años a esta etnia y su colaboradora Germaine Dieterlen afirmaron que “Ogotomeli habría revelado a Griaule unos conocimientos avanzadísimos de astronomía. Los dogones atávicos ya conocían los anillos de Saturno, los cuatro satélites galileanos de Júpiter y, lo que es aún más sorprendente, sabían perfectamente que Sirio era una estrella doble. Es más, la periodicidad de 50 años de la fiesta Sigui tendría su raíz en el periodo orbital de Sirio B. “ Fuente: El Mundo . Con este ejemplo subraya la repercusión de esta cosmología en las artes[/message_box]

Literatura, música, cine y artes visuales se han hecho eco de esta tendencia que juega constantemente con el espacio/tiempo y que abraza elementos externos, tecnólogicos, fantásticos y apocalípticos. El elemento visual que destaca y que nos ayuda a clasificar una obra como afrofuturista, es precisamente el baile entre estos elementos. Las artes visuales gozan de una especie de «transversalidad»  dentro del resto de las artes. Por ejemplo, los sonidos o el cine afrofuturistas se complementan con una estética que los acompaña y que ayuda a establecer esta identidad.

No podemos obviar el impacto visual que provoca y que lo complementa y que pasa a formar parte también de las artes visuales. Por lo tanto es difícil no hacer referencia a lotras artes cuando queremos analizar el impacto del afrofuturismo en éstas. Concretamente, si nos sumergimos a la galaxia de las artes visuales africanas, podemos encontrar creaciones realmente sorprendentes.

Una de las artistas que responde a este concepto de afrofuturismo, es la nigeriana Fatimah Tuggar que mediante las técnicas del collage y del assemblage pretende explorar el impacto de la tecnología en las diferentes culturas. En su obra utiliza elementos tecnológicos, juega de una forma ingeniosa con el espacio/tiempo y crea un intercambio de roles entre los sujetos de su obra generando una reflexión en torno a conceptos como “exceso”  “glamour”  o “arquitectura”.

¿Cómo os imagináis Lagos en 2081? Lekan Jeyfo  en el trabajo realizado para la marca de ropa “Ikire Jones” nos transmite su punto de vista y su visión de futuro. Aparte de su proyección de futuro, existen algunos elementos identificativos de la estética futurista, como las naves voladoras, el metal en las construcciones y las nuevas tecnologías. Algo que no cambia en el tiempo, es la moda, tal y como nos quiere transmitir el artista.

Si queremos llegar al espacio desde Gabón, nada mejor que proyectar un Space Elevator que nos lleve directamente. No hay duda de que el ilustrador Némo Tral  apunta bien alto. Una vez más, el espacio es el hilo argumental de esta creación que habla de ¿cráteres en el cielo?. El espacio es algo que el ser humano anhela conocer y acceder desde tiempos inmemoriales, creando un desconcierto ante el desconocimiento del «más allá universal». Esta vez, la puerta de entrada está en Gabón, en África. África tiene la puerta de entrada hacia ese universo desconocido. ¿Quién sube?

 

Space Elevator

Space Elevator

 

neonubianEl arte y la moda se encuentran en “Neonubian Art for the Masses” . Un gran descubrimiento y un viaje fantástico —nunca mejor dicho— a unos diseños coloridos y originales, que se basan en una estética claramente futurista mediante la utiización de diferentes colores y texturas.

Y por último, sin ánimo de cerrar, sino más bien dejar abierta una puerta al futuro, os presentamos el proyecto “Alternate Futures: Afrofuturist Multiverses and Beyond “de la artista Nettrice Beattie, que es una colección de visiones virtuales 3D que presupone la permanencia del pasado, presente y futuro de la cultura negra y que contiene fragmentos de imágenes y sonidos cósmicos y utópicos. La instalación de Second Life, está formada por fragmentos estáticos y en movimiento de arte africano, ciencia y tecnología, historia y mitología. La artista se inspira en el arte Ndebele (de Zimbawe y Sudáfrica) y en la cosmología Dogón (Mali) y según ella, los elementos están relacionados con muchos de otros elementos de la estética afrofuturista. Beattie afrima que no es un futuro perfecto, aunque sí más inclusivo —se podría generar un interesante debate en torno a esta visión del futuro—. Podéis encontrar más información detallada aquí.

[hr] Fuentes y bibliografía: Okayafrica Farah Yusuf The African El Mundo Afrofuturism African Digital Art Detritus

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Trabaja desde la comunicación y gestión cultural, como herramientas que sirven para la transformación social. Su interés está puesto en temas de artivismo, feminismos y música electrónica. También disfruta cocinando y le apasionan las grandes urbes y todo lo que se cuece en sus calles. La música viene de la mano de las fiestas que organiza como promotora y DJ Moto Kiatu y Sonidero Mandril, colectivos que difunden en Madrid los sonidos tropicales y las músicas electrónicas que suenan en África y en su diáspora. Vanessa es cofundadora de Wiriko y es licenciada en Sociología (UB), postgraduada en Desarrollo Internacional (Setem/UPC) y Máster Euroafricano de Ciencias Sociales del Desarrollo: Culturas y Desarrollo en África (URV). Contacto: vanessa@wiriko.org