Cara a cara con los invisibles

Didier Viodé llama Los Invisibles a aquellas “personas útiles para la sociedad, pero lamentablemente ignoradas y olvidadas”. Son las protagonistas de su trabajo actual, que del 20 al 23 de enero se expone en la primera edición de 1-54 Paris at Christie’s, una alianza con la prestigiosa galería internacional que lleva a la capital francesa la Feria de Arte Contemporáneo Africano, tras el aplazamiento de la 1-54 Marrakech debido a las regulaciones relacionadas con la COVID-19 en el país alauita.

Pintura de la serie Los Invisibles, de Didier Viodé. Imagen cedida por el artista.

En concreto, la SEPTIEME Gallery acoge una muestra de la obra de Viodé, entre la que se encuentra Los Invisibles, una serie de pinturas que retratan sin miramientos a quienes se ven obligadas a vivir en la calle. Sin miramientos porque sus lienzos esbozan un trazo rápido, como realizado desde las tripas que, sin embargo, no es improvisado. Viodé pone en el foco a personas sin hogar, prácticamente desprovistas de cualquier otro elemento figurativo que pueda distraer, para centrar la atención sobre ellas y provocar la autocrítica. En las piezas de Los Invisibles, el artista prescinde de cualquier tipo de adorno para fijarse en los márgenes, las aceras de las ciudades.

Es una metodología y un objetivo claramente intencionado, porque con Los Invisibles este artista visual logra que el espectador se detenga a observar una situación que afecta a más de 1.800 millones de personas en el mundo, según ONU Hábitat. En el caso español, los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) hablan de más 22.000 personas sin hogar. En el mismo estudio se evidencia que entre las personas de origen extranjero que se encuentran en esta situación, las más numerosas son las nacidas en algún país africano, una constante que entronca con el interés que este artista visual ha tenido siempre por las migraciones.

Las personas sin techo se enfrentan y se ven obligadas a convivir con la tendencia cada vez más evidente de una arquitectura hostil, lo que ya se conoce como urbanismo defensivo, desarrollado especialmente en los países del Norte global desde la década de los noventa para construir un espacio público en el que cada vez sea más difícil la estancia de las personas que duermen al raso. Así, cada vez es más habitual encontrar en las grandes ciudades desde bancos con reposabrazos o acabados curvos que impiden tumbarse hasta elementos punzantes sobre las rejillas de ventilación para impedir el resguardo de las bajas temperaturas.

Este artículo ha sido posible gracias a un acuerdo de colaboración entre Wiriko y Planeta Futuro (El País). Para seguir leyendo, pincha aquí.

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Ruth Fernández Sanabria

Licenciada en Periodismo (UCM) y Máster en Estudios Africanos: Culturas y sociedades africanas (ULL). Fascinada por las realidades que construyen las identidades y convencida del papel de las creaciones artísticas como motor de cambio social. Coordinadora de la sección de Artes Visuales del magacín. (Tenerife) Contacto: ruth@wiriko.org